Zaragoza es una ciudad con tanta historia, más de 2.000 años desde los primeros asentamientos, que cuando en el corazón histórico de la ciudad se pretende excavar o construir… cada gobierno o empresa constructora se teme lo peor. ¿Habrá algún resto de vivienda musulmana, mosaico romano o vestigio medieval de las conocidas por aquel entonces como Saraqusta, Çaesaragusta o Saragoça?

Esto es lo que va a suceder en cuestión de semanas. El proyecto de revitalización urbana de la pragmática Plaza San Miguel de Zaragoza tendrá este tipo de contratiempos durante la obra. Pero no será el único.

La Plaza San Miguel, cuyo nombre evoca la majestuosa iglesia de San Miguel de los Navarros, se encuentra en el epicentro de una transformación urbanística más amplia que también abarcará el Coso, desde el Teatro Principal hasta la intersección con la calle Alonso V. El objetivo del equipo municipal es completar estas reformas dentro del actual mandato, marcando así un hito significativo en el desarrollo urbano de Zaragoza.

Sin embargo, este proceso de renovación no estará exento de desafíos. Con más de 20.900 metros cuadrados en juego, el proyecto comenzará con la realización de 50 catas arqueológicas en la plaza y el Coso.

Estas catas buscarán identificar posibles restos históricos que yacen bajo tierra, un aspecto crucial dado el rico legado histórico de Zaragoza. Aunque la posibilidad de descubrimientos arqueológicos preocupa, el compromiso de revitalizar la plaza es firme y cualquier hallazgo será cuidadosamente gestionado para garantizar que las obras avancen sin contratiempos.

Zaragoza cuenta con antecedentes en la gestión de hallazgos arqueológicos durante proyectos de renovación urbana. En proyectos anteriores, como las reformas de las plazas de Santa Engracia y Salamero, se descubrieron restos históricos, como una de las viviendas donde residió el pintor zaragozano Francisco de Goya.

El objetivo final es transformar la Plaza San Miguel en una puerta de entrada emblemática al Casco Histórico de Zaragoza. Y para lograr este objetivo, se realizarán prospecciones exhaustivas para identificar y caracterizar elementos patrimoniales o ambientales que puedan influir en el diseño y la ejecución del proyecto.

En este proceso de transformación, la colaboración con expertos es fundamental. Éstas desempeñan un papel crucial al proporcionar el análisis necesario, la documentación y la solicitud de permisos en tiempo récord, facilitando así una ejecución fluida y eficiente del proyecto. Esta colaboración garantiza que se tomen todas las medidas necesarias para proteger y preservar el patrimonio histórico de la ciudad mientras se avanza en la modernización urbana.

Recientemente, un descubrimiento arqueológico cerca del Paseo de La Mina subrayó la importancia de este enfoque integral para la renovación urbana, el cual tiene que integrar a todos los actores de estas construcciones para no destrozar el patrimonio urbano histórico.

En este caso, se llegó a identificar una necrópolis islámica durante la construcción de un nuevo proyecto inmobiliario. Fuentes municipales afirman que estos hallazgos, junto con otros descubrimientos, deben abordar la renovación urbana con una sensibilidad hacia la historia y el patrimonio cultural de la ciudad.