El movimiento #QuieroCorredor, a favor del Corredor Mediterráneo, y que desde la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) presiona para que se realicen las obras, volvió a sacar los colores al gobierno con los retrasos de la obra ferroviaria. Este movimiento está avalado por el presidente de Mercadona, Juan Roig y el propietario del gigante naviero Boluda, Vicente Boluda.

El balance de las obras es que cuando se inició el movimiento en 2016 había un 45% de las obras realizadas mientras que en 2023 se ha alcanzado un 76%. Los estudios previos sí que se han completado. Ahora son el 100% mientras que hace siete años eran el 60%.

Esta situación va en detrimento de la conexión del Corredor Mediterráneo con su eje cántabro, mediante la conexión por Aragón a través de Teruel y Zaragoza, con sus plataformas logísticas. La apuesta del Gobierno central desde hace décadas ha sido por este corredor litoral que une varios puntos desde Almería hasta la frontera con Francia por la provincia de Gerona.

El último paso adelante dado por Consejo de Ministros fue la autorización al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) a licitar, a través de Adif, tres contratos por un total de 76 millones de eurosIVA no incluido, para seguir avanzando en la electrificación de la línea de ferrocarril convencional Zaragoza-Teruel-Sagunto, eje estratégico y nexo de conexión entre el Corredor Mediterráneo y Atlántico. Una medida que se queda corta para seguir avanzando en esta conexión.

La realidad ferroviaria es tozuda con esta línea: la Comunidad Valenciana, Aragón, Navarra, La Rioja, el País Vasco y Cantabria concentran el 22% de la población, el 30% del PIB industrial y el 22% del empleo en España. Sin embargo, no hay una apuesta contundente a favor de la unión ferroviaria.

LA APUESTA PRIORITARIA: EL CORREDOR MEDITERRÁNEO

El comisionado del Gobierno para el desarrollo del Corredor Mediterráneo en España, Josep Vicent Boira, ha cifrado en 12.000 millones de euros el beneficio de esta infraestructura en 30 años, y ha dicho que un 85% del proyecto está planificado, mientras que casi el 80% está en obras.

También se ha referido a un estudio publicado en agosto sobre el tramo Castellbisbal (Barcelona)-Almería, donde se podrá pasar de una cuota del 3% del transporte ferroviario de mercancías en 2017 a un 13% en 2030.

Se ha referido a otro estudio reciente, que cifra en 12.000 millones el beneficio –sin costes de explotación– que proporcionará el Corredor en 30 años, basado en los ingresos derivados de los usuarios, de los beneficios ambientales y la eficiencia modal: «Es una operación claramente rentable».

Ha destacado como «hecho histórico» la conexión ferroviaria entre España y Francia, a través de la vertiente mediterránea, sin necesidad de cambiar de tren, superando la diferencia de 23 centímetros en el ancho de vía, algo que «en 175 años no había pasado, y hay que darle relevancia».

Tras calificarlo como «proyecto de interoperabilidad europea», Boira ha asegurado el objetivo ahora es que esa conexión con Francia se haga desde cualquier punto del Corredor.

José Blanco, quien anteriormente fue portavoz del Gobierno, ministro de Fomento y eurodiputado, ha afirmado que el Corredor Mediterráneo “es fundamental”, ya que supone “dar respuesta a la mayor parte del PIB, que se concentra en el eje mediterráneo”.

El president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha denunciado el “retraso injustificable” del Corredor Mediterráneo “que evidencia el ninguneo” del Gobierno central a la Comunitat Valenciana, especialmente en lo que se refiere a esta infraestructura “clave para la competitividad y la cohesión social” y «para el futuro que merece España».