Grupo Fuertes y Hoteles Magic han concretado la transacción más relevante de esta temporada estival al unirse para adquirir Marina D’Or, el renombrado complejo turístico ubicado en Oropesa del Mar, al norte de la provincia de Castellón. Tres años atrás, el fondo Farallon asumió el control del resort, tomando la mayoría de su deuda y, finalmente, convirtiéndose en propietario del 99% de su capital tras ejecutar dicho pasivo el año pasado.

Ahora, Fuertes y Magic han comprado esta participación por 70 millones de euros, con la operación ya amparada por un contrato privado, a la espera de cumplir un último requisito y obtener la aprobación de Competencia para su cierre definitivo. Una vez superados estos pasos, los dos socios planean llevar a cabo una extensa renovación y reposicionamiento del activo, estimada en 20 millones de euros adicionales, lo que elevará la inversión total a casi 90 millones de euros.

Manteniendo una estrategia de salida de España, Farrallon encargó a Colliers la primavera pasada la gestión ordenada de la venta de la conocida ciudad de vacaciones, con el apoyo legal de Pérez Llorca. Por su parte, Fuertes y Magic se asesoraron con Rosillo Rein Asesores para el aspecto hotelero y con Garrigues para cuestiones legales. Además, Almar Consulting se encargó de la parte técnica. Los nuevos propietarios aspiran a transformar la icónica ciudad de vacaciones en un referente para el turismo familiar, brindando una experiencia fresca bajo la marca Magic Hotels, una cadena con vasta experiencia en establecimientos de entretenimiento para niños y en la creación de temáticas específicas para cada destino.

Con la adquisición de la sociedad, los compradores obtienen cinco hoteles que totalizan 1,237 habitaciones, 68 apartamentos, ocho parques de entretenimiento, un balneario y un centro de belleza en la reconocida urbanización de Oropesa del Mar. También incluye otro hotel con 112 habitaciones en la cercana localidad de Villareal. Por otro lado, Farallon completa su estrategia de retirada de España, tras cerrar en julio pasado la venta del Hotel Mandarín de Barcelona al grupo saudí Olayan por 240 millones de euros.

Con esta venta a Fuertes y Magic, Marina D’Or pone fin a una era marcada por Jesús Ger, el empresario que en los años 90 imaginó una suerte de Las Vegas turística, un lugar de vacaciones durante todo el año con una oferta para todos los públicos, pero con un fuerte enfoque familiar.

Con luces y sombras, este complejo se convirtió en un motor económico para Castellón y en una de las marcas más emblemáticas del sector, gracias a la intensa campaña publicitaria que hizo famoso el eslogan «Marina D’Or Ciudad de Vacaciones, dígame». Jesús Ger, visto como especulador por algunos y visionario por otros, construyó un imperio que incluía un hotel de cinco estrellas, dos de cuatro y otros dos de tres, además de apartamentos con servicios, parques de entretenimiento, restaurantes, un centro de belleza y un balneario.

Sin embargo, como un gigante con pies de barro, el megaproyecto comenzó a desmoronarse con la burbuja inmobiliaria y la grave crisis económica de hace una década. La banca ejecutó la deuda y la ciudad de vacaciones pasó a manos de un fondo oportunista, poniendo fin al sueño de Jesús Ger.