El aceite de oliva, un componente esencial de la dieta mediterránea, ha experimentado un aumento significativo en su precio debido a la inflación. En el último mes, su precio ha aumentado en un 10%, y desde marzo, acumula un incremento del 75%.

Este aumento ha llevado a que el precio del aceite de oliva pueda llegar a alcanzar los diez euros por litro, convirtiéndolo en un producto exclusivo y fuera del alcance para muchos consumidores. Esta situación ha provocado una disminución en su consumo y su reemplazo por otros tipos de aceites alimentarios.

Las causas detrás de este incremento de precio son principalmente la sequía y el conflicto en Ucrania. La producción de aceite se ha visto considerablemente reducida debido a la sequía, especialmente en la región de Andalucía. Además, el precio de los fertilizantes ha aumentado debido al conflicto en Ucrania. De hecho, el litro de aceite costaba tres veces menos antes del inicio de la guerra en ese país.

Ante esta escalada de precios, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado una comparación de los precios del aceite de oliva virgen extra (Aove) de 19 marcas disponibles en diez cadenas de supermercados. La OCU advierte que «en el caso de algunas marcas, el precio ya supera los 12 euros por litro». Además, denuncia la especulación en torno a este producto y hace un llamado al Ministerio de Agricultura para que supervise un funcionamiento adecuado del mercado.

La OCU ha evaluado los precios desde principios de julio hasta finales de agosto en supermercados como Alcampo, Carrefour, Dia, Caprabo, El Corte Inglés, Hipercor, Eroski, Consum y Condis. En todos ellos, el precio promedio por litro ha aumentado de 8,16 euros a 9,42 euros.

Entre las marcas, las que más han aumentado su precio son Consum, La Almazara del Olivar, Auchan y Carrefour, todas con aumentos de más del 30% en comparación con el mes anterior. Es importante destacar que esto no significa que sean las marcas más caras, sino las que han experimentado los mayores incrementos de precios. Solo dos marcas han reducido sus precios, aunque estas reducciones están ligadas a ofertas específicas: Carbonell un 5% y Mar de Olivos un 1%.

La conclusión de la OCU es que «el aumento de precios es generalizado y afecta prácticamente a todas las marcas en todas las cadenas analizadas». Además, señala que «detrás de estos aumentos se encuentra una mala cosecha en la última campaña, con una caída del 50% en la producción».

Sin embargo, la OCU resalta que «en los estantes de los supermercados se está vendiendo aceite de la cosecha anterior, que fue normal y se comercializó a un precio mucho más asequible, por lo que no hay justificación para este aumento de precios».