Hace 27 años José Antonio Villaverde, sus dos hijos, Enrique y Sonia, y el marido de ésta, Juan Valle, decidieron mezclar trabajo y familia. A la vista de los resultados, el plan no ha podido salir mejor. Ellos forman el equipo directivo de Megablok, una empresa con capital cien por cien aragonés especializada en la fabricación y venta de taquillas.

Con una cifra de negocio de 15 millones de euros en 2023, el mercado principal de Megablok son empresas y entidades de diversa índole de España. Además, sus exportaciones alcanzan ya el 20% del volumen total, llegando a destinos tan exóticos como puede ser Isla Reunión o Islandia.

«Las paradas del AVE a La Meca tienen taquillas nuestras. También las hay en líneas de cruceros, en la T4 del aeropuerto de Barajas, en tiendas de Zara de Europa, en centrales nucleares o en hospitales como el Miguel Servet, el 12 de Octubre o el Gregorio Marañón de Madrid», enumera Enrique Villaverde.

Estos logros son fruto de muchos años de viajes y de ferias en las que los Villaverde han establecido relaciones comerciales y conseguido que sus productos traspasen fronteras. Como defiende su claim, en Megablok, dicen, “no vendemos taquillas ni vestuarios, sino que creamos espacios seguros, saludables y conectados”.

La empresa está especializada en el diseño y la comercialización no solo de taquillas sino también de bancos para vestuarios y zonas de comunes en empresas y organizaciones. Así, entre sus clientes hay colegios, universidades, centros deportivos, hospitales u hoteles.

TAQUILLAS INTELIGENTES

En su versión más tecnológica, Megablok se encuentra ahora inmerso de lleno en el sector de las taquillas inteligentes. «Son tipo los locker de Amazon con la diferencia que nosotros no estamos casados con nadie», explican. Además, su producto destaca porque ellos mismos crean tanto el software como el hardware, lo que permite una mayor personalización y adaptación a las necesidades de cada cliente.

La empresa está inmersa en el camino de la digitalización aunque, cuando echan la vista atrás, se dan cuenta de que es un ámbito en el que se mueven desde que empezaron. «Sin saberlo, desde siempre hemos estado robotizando y digitalizando procesos«, aseguran, al tiempo que reconocen que todo es siempre mejorable. «Ahora estamos trabajando mucho en ofrecer soluciones en la nube, con taquillas que se abren con el móvil», explican.

Pese a que la competencia es dura en un sector en el que «se estila mucho la guerra de guerrillas», Megablok sigue siendo líder 27 años después. «Hay muchos fabricantes pequeños y locales pero nosotros trabajamos a nivel global. Además nos diferencia que tenemos nuestro propio departamento de diseño y somos especialistas en hacer taquillas especiales», indican.

Su producto estrella son taquillas metálicas con un rosetón en la parte frontal que es marca de la casa. «Lo diseñó mi hermano, para sustituir las típicas rejillas y lo tenemos registrado», explica Sonia Villaverde. Es la seña identificativa de un producto que se puede ver incluso en series de televisión (Élite, Vis a vis, El barco o Un paso adelante) o en la última edición del talent show Operación Triunfo.

EMPRESA FAMILIAR Y 100% ARAGONESA

Desde Megablok se enorgullecen de ser una empresa familiar y de capital cien por cien aragonés. «No tenemos detrás a ningún fondo y después de 27 años seguimos aquí, cuando nos podríamos haber ido a otro sitio donde pagaríamos menos impuestos y tendríamos más ayudas», recuerda Juan Valle.

«Es un orgullo ver cómo hemos ido creciendo. Hay que ir siempre para adelante porque como digas que ya has llegado vas para atrás», reflexiona José Antonio Villaverde. En estas tres décadas, los fundadores de Megablok han ido registrando distintos hitos. Cuando empezaron, la plantilla se contaba casi con los dedos de una mano y ahora son más de 80 empleados.

El crecimiento del volumen de negocio fue marcando el ritmo de los cambios. Así, tres años después de empezar en una nave de 500 metros cuadrados en Cuarte de Huerva ya se estaba trabajando en otra de 5.000. «En pocos años tuvimos que alquilar espacios en otras calles del polígono», recuerda Sonia.

El salto lo dieron en 2006, cuando compraron un terreno en Plaza para después construir una nave de 10.000 metros cuadrados. Desde 2010 Megablok opera desde ahí, con una última ampliación de 3.000 m2 que se pretendía inaugurar en marzo 2020. «Pero llegó la pandemia y aquello se diluyó», comentan.

Pero ya se sabe que en las situaciones de crisis siempre hay oportunidades y Megablok las supo ver. «Nos reconvertimos y empezamos a fabricar unas taquillas especiales que eran más pequeñas, tipo mesillas, para el hospital de campaña que se montó en la Feria de Muestras«, explican. También se suministraron las entonces tan demandadas mamparas de metacrilato que se usaron para separar puestos en oficinas o mostradores de atención al público.

Con aquella etapa más que superada, Megablok ya solo mira al futuro, con un concepto siempre presente: la sostenibilidad. «Sostenibilidad social, medioambiental y económica», matiza Valle. En el plano medioambiental, destacan la ampliación de placas solares que les hace ser ya autosuficientes energéticamente durante las horas de sol del día.

«Medimos la huella de carbono de todo lo que hacemos y hemos ido adaptando nuestros materiales, para que sean sostenibles y reciclables, así como los procesos», indican. De forma paralela, Megablok está en trámites de conseguir el sello de empresa innovadora.