La poca oferta de vivienda en alquiler en Zaragoza, en línea con las principales ciudades españolas, ha provocado un aumento considerable de los precios, a un ritmo superior que los valores de compra, hasta el punto de que a día de hoy puede concretarse que alquilar un piso cuesta casi un 20% más que el pago mensual de la cuota hipotecaria.

Así lo indica el estudio realizado por Uve Valoraciones a nivel nacional, que sitúa el precio de la mensualidad del alquiler en la capital aragonesa en 9,40 euros el metro cuadrado. Por su parte, la cuota hipotecaria mensual media se cifra en 7,85 euros el metro cuadrado. Es decir, un 19,74% menos.

Esta tendencia es común en la mayor parte de España, pero no es ni mucho menos tan abismal como en Zaragoza por regla general. Por ejemplo, en Bilbao y Madrid la cuota hipotecaria media sigue siendo ligeramente superior al alquiler, respectivamente un 5,14% y un 0,27% más.

Aparte de dichas ciudades, en las demás grandes urbes ya registran una sensible diferencia a favor de la compra. En Barcelona, el pago del alquiler es un 12,88% más elevado que la cuota hipotecaria media. En el caso de Sevilla, la diferencia aumenta hasta el 14,10% y, en Málaga, hasta el 16,93%. A un nivel similar a Zaragoza se sitúa Valencia, donde pagar hipoteca es un 22,06% más barato que alquilar.

COMPRAR IMPLICA TENER AHORROS

En cualquier caso, también hay que considerar que la compra de vivienda a través de una hipoteca bancaria tiene unos condicionantes que restringen el acceso. En primer lugar, está el hecho de que es necesario adelantar el 20% del total de la tasación del piso, por lo que es necesario contar con ahorros para plantearse la adquisición.

Del mismo modo, es decisión del banco conceder o no el préstamo hipotecario, lo que se basa en unos criterios que tienen en cuenta la situación socioeconómica del solicitante. En el sentido contrario, es importante también considerar un factor clave: la adquisición de una vivienda es también una inversión que en un momento determinado puede resultar productiva en cuanto a beneficios en caso de venta posterior, algo que lógicamente no ocurre con el alquiler.