La reciente declaración de la ministra María Jesús Montero sobre otorgar un tratamiento especial a Cataluña en materia de financiación autonómica ha generado una oleada de críticas dentro del PSOE. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, ha sido el más vocal en su oposición, mientras que otras agrupaciones, como las de Extremadura, también han advertido al Gobierno de Pedro Sánchez sobre las implicaciones de esta propuesta.

Montero afirmó esta semana que las «cuestiones singulares» de algunas comunidades autónomas, como Cataluña, «deben tener un tratamiento especial» en el contexto de la financiación autonómica. No obstante, subrayó la importancia de llevar a cabo una negociación conjunta con todas las comunidades para desarrollar un modelo de financiación que sea válido para todas.

La controversia refleja las tensiones internas dentro del PSOE en torno a la gestión de la financiación autonómica y la percepción de favoritismo hacia Cataluña, un tema que sigue siendo un punto de discordia en la política española.

Ante este planteamiento, el dirigente de Compromís Joan Baldoví ha defendido que en materia de financiación «lo que se haga en Cataluña se ha de hacer en la Comunidad Valenciana», apostillando que esta es una «condición ‘sine qua non'» para su formación y ha indicado que un trato desigual a la autonomía valenciana con respecto a la catalana puede ser «un motivo para dejar de dar apoyo» al Gobierno.

Por su parte, los socialistas valencianos creen que el Gobierno central está ofreciendo ya un «trato singular» a la Comunidad Valenciana con los fondos que recibe del sistema de financiación, «la única» que ha recibido el ExtraFLA y que en este año está obteniendo más dinero del ejecutivo central que durante el Botànic. «Si eso no es singularidad, yo ya no sé lo que es», apuntan.

ARAGONÈS PROPONE EL MISMO MODELO QUE EUSKADI Y NAVARRA

Y ante la puerta abierta que ha dejado Montero, el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, ha insistido en la necesidad de una financiación singular para Cataluña, apuntando a un sistema de concierto y cupo como el que se da en País Vasco y Navarra.

«Aquello que es bueno para los otros, estoy convencido de que también es bueno para nosotros», ha dicho en este sentido, apostillando que «hay un amplísimo consenso en los principales activos económicos del país y hay multitud de posicionamientos públicos respecto a que es necesario un nuevo modelo».