Este verano, varias zonas de España ya están experimentando los primeros cortes en el suministro de agua y restricciones en su uso, lo que refleja la consecuencia directa de una sequía extrema que ha persistido desde finales de 2021.

La alarmante escasez de precipitaciones ha estado preocupando a los expertos durante varios meses. En respuesta a esta situación, diversos municipios en hasta cinco comunidades autónomas han comenzado a implementar medidas de restricción con el objetivo de asegurar el consumo humano, que siempre debe ser la máxima prioridad. Entre las medidas, destaca el cierre de duchas en las playas de Tarragona y Castellón.

Concretamente, más de 50 municipios en las comarcas de Tarragona se encuentran en fase de alerta por sequía, lo que resulta en una reducción del 25% en el agua destinada a usos agrícolas y un 5% en usos industriales y recreativos. Por ello, algunos Ayuntamientos han optado por adoptar medidas más estrictas, como cerrar o limitar el acceso a las duchas y lavapiés en las playas. Otros municipios han optado por seguir las directrices de la Generalitat y, por el momento, continuarán ofreciendo estos servicios.

La ausencia de previsiones de lluvia, el aumento en el consumo debido al calor intenso y las vacaciones, junto con los niveles bajos de los embalses, no indican una mejora a corto plazo. De hecho, se advierte sobre la posibilidad de que las restricciones se extiendan y afecten a áreas más densamente pobladas.

A pesar de las lluvias que se experimentaron en mayo y junio, las cuales brindaron un breve alivio, los niveles de los embalses todavía se encuentran significativamente por debajo de la media de la última década. Hasta el 31 de julio de 2023, los embalses están al 42,1%, mientras que la media de esa misma semana en los últimos 10 años es del 58,5%, según los datos de Embalses.net. La situación es especialmente crítica en Andalucía, donde las reservas se sitúan en un preocupante 23,5%.

La gravedad de la situación en las cuencas interiores de Cataluña ha llevado a la administración local a tomar medidas sin precedentes: la declaración de estado de emergencia por sequía en 24 municipios de Girona. A partir de la próxima semana, se implementará esta situación de emergencia, lo que implica una limitación del consumo de agua a 200 litros por habitante y día.

Sin embargo, estas restricciones se aplicarán exclusivamente a los servicios municipales, por lo que aún no se prevén cortes en el suministro de agua potable. En la Costa Dorada y en la Costa del Azahar, está siendo un verano con una temporada de playa que tiene pocas limitaciones en el uso del agua debido a la sequía y que no se espera que se recrudezca.