Desde hace años podemos encontrar en algunas de las carreteras unos cables negros, no muy gruesos, que pasamos por encima con el vehículo. Este sistema, de gran simplicidad, se utiliza para medir la densidad de tráfico en una vía específica, pero también podría tener otra función.

La información sobre la densidad de tráfico resulta sumamente relevante para la Dirección General de Tráfico (DGT), ya que les permite calcular ajustes en la densidad de tráfico, analizar la relación entre el volumen de tráfico y los accidentes, y detectar posibles puntos negros en la circulación.

Estos cables, por lo general, finalizan en una caja que alberga el mecanismo de funcionamiento. Actualmente, existen alrededor de 3.500 dispositivos de este tipo desplegados a lo largo de la red nacional de carreteras, principalmente en vías de titularidad pública. Además, algunas carreteras no estatales también cuentan con estos dispositivos, siendo gestionados mayormente por los ayuntamientos, quienes los utilizan para medir horarios y densidades de tráfico.

CÓMO FUNCIONAN

El funcionamiento de estos dispositivos es más simple y económico que el de una cámara. Los cables están llenos de aire, y la presión ejercida por las ruedas de los vehículos al pasar por encima provoca su compresión, activando el sensor generalmente ubicado en la cabecera de la carretera. La DGT suele generar mapas de densidad de tráfico con la información proporcionada por estos dispositivos, los cuales pueden consultarse en una web dependiente del Ministerio de Transportes. Por lo general, los sistemas constan de dos cables, aunque también existen dispositivos de un solo cable.

Lo que no es de conocimiento público es que algunos de estos dispositivos también pueden medir la velocidad de los vehículos que los atraviesan. En este caso, el dispositivo debe contar con dos cables y medir el tiempo que tarda en pasar por ambos tubos el eje delantero. Aunque actualmente no se tiene constancia de cámaras asociadas a estos dispositivos, sería relativamente sencillo incorporarlas. En Europa, de hecho, ya existen radares en el suelo bajo el asfalto que miden la velocidad de los vehículos mediante un sistema muy similar.

En situaciones específicas, los medidores de presión pueden distinguir el tipo de vehículo por su peso, un dato relevante para la realización de estadísticas, ya que en muchas ocasiones es necesario identificar el volumen de tráfico de camiones, coches o motocicletas.