La sostenibilidad y los criterios ESG son cada vez más importantes en el entorno empresarial. Cada vez son más las empresas que se centran en la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa y ven mejorar su rendimiento financiero y su estabilidad a largo plazo. Sin embargo, no todas las empresas gestionan sus riesgos en materia de sostenibilidad del mismo modo, ya que las herramientas para llevarlo a cabo varían y, en ocasiones, en vez de recurrir a la tecnología todavía se trabaja con interminables cuadros de Excel.

Interiorizar que la tecnología es una herramienta vital para ayudar a las empresas a gestionar su ESG es clave para hacerlo correctamente. Aquí es donde entramos las compañías tecnológicas para acompañar a las empresas en este camino, brindando soluciones tecnológicas que ayudan a las empresas a recopilar y analizar estos datos, lo que les permite identificar áreas de mejora y establecer objetivos medibles. Además, la tecnología también puede ayudar a las empresas a mejorar su transparencia y responsabilidad, lo que puede aumentar la confianza de los inversores y otros grupos de interés.

A grandes rasgos, podemos establecer tres desafíos fundamentales a los que se enfrentan las empresas a la hora de abrirle las puertas a la tecnología. Por un lado, la adopción de tecnologías y prácticas sostenibles a menudo implica inversiones significativas en infraestructura, capacitación y tecnología. Muchas empresas pueden ver estos costos como una barrera para la implementación de cambios sostenibles.

Por otro, deben demostrar su eficacia real ante el maremoto de complejidad regulatoria, convirtiéndose en la herramienta que les permite abordar los retos que supone la dificultad de esos procesos y les ayude a poder cumplir con la regulación. Y, por último, es necesario disponer de profesionales con la capacitación adecuada sobre sostenibilidad y tecnología.

Es importante tener en cuenta que la tecnología no es una solución mágica para la gestión del compromiso con la sostenibilidad en su sentido más amplio. Las empresas aún deben comprometerse a mejorar su desempeño contemplando cuestiones de sostenibilidad y trabajar para implementar soluciones tecnológicas de manera efectiva, sólo si se produce esa conexión, las herramientas tecnológicas son realmente útiles.

La tecnología nos permite recopilar información de distintas fuentes (incluidos sistemas internos de la empresa, bases de datos externas, sensores IoT (Internet de las cosas) y fuentes de datos externas) de forma que permite automatizar esta captura para garantizar la calidad de la información. De este modo, se pueden analizar los datos e identificar patrones proporcionando información valiosa sobre el desempeño de la empresa en áreas específicas, como la gestión de emisiones de carbono, la diversidad o la inclusión y las prácticas de gobierno corporativo.

Por último, la visualización de estos datos arroja unos resultados que ayudan a los usuarios a extraer fácilmente conclusiones de su análisis y a tomar decisiones informadas sobre estrategias y acciones futuras relacionadas con la sostenibilidad. Todo esto sabemos que de la mano de la IA va a sufrir también una gran revolución que mejorará tanto los procesos como los resultados arrojados.

La experiencia me dice que, frente a otras soluciones tecnológicas, emplear un software para el análisis de datos es la opción más completa. Los beneficios que nos reporta esta herramienta son los de la centralización de los datos, la gestión eficiente de los mismos, análisis y reporting mejorados y garantizarnos el cumplimiento normativo.

Siempre que hablemos, claro, de plataformas que estén diseñadas para cumplir con los requisitos normativos y los estándares de sostenibilidad y, por tanto, permitan la toma de decisiones, posibilitando identificar nuevas oportunidades de negocio derivadas de la aplicación de innovación al desempeño ambiental, social y de gobierno corporativo.

Como todo lo relativo al manejo y gestión de los datos, hay una serie de cuestiones que no deben olvidarse, fundamentalmente las relacionadas con el respeto a la trasparencia y la precisión de la información, especialmente sensible en esta materia, evitando la manipulación de forma que no se pueda distorsionar la imagen real de la empresa.

Las plataformas de datos tienen que realizar una gestión responsable de la información confidencial implementando medidas de seguridad adecuadas para proteger los datos contra accesos no autorizados, pérdidas o filtraciones, como la ISO27001. También es importante asegurar un uso responsable de la información de manera ética tomando medidas concretas para mitigar los impactos negativos y promoviendo resultados positivos en términos de sostenibilidad.

En definitiva, ser una empresa social y medioambientalmente responsable no es algo que podamos escoger, sino que se ha convertido en una realidad a la que, tarde o temprano, todo el ecosistema empresarial deberá sumarse o, por el contrario, su supervivencia estará limitada. Y, del mismo modo que las compañías trabajan con socios para cuestiones legales o financieras, en los próximos años vamos a empezar a ver cómo también comienzan a tejerse esas mismas alianzas con partners tecnológicos expertos.