El pasado 14 de noviembre se publicaron los resultados de la última encuesta del Banco de España sobre competencias financieras. Este estudio forma parte de un proyecto conjunto de la Red Internacional de Educación Financiera de la OCDE y mide el nivel de comprensión de la población adulta de conceptos básicos financieros como inflación, cuentas de ahorro, diversificación del riesgo, etc.

Los resultados, aunque ligeramente mejores que los de la última encuesta realizada en 2016, muestran el bajo nivel de educación financiera que existe en nuestro país.

Por poner solo un par de ejemplos (los datos completos de la encuesta pueden consultarse en https://app.bde.es/efs_ecf/): la tercera parte de los españoles no comprende el concepto de inflación y solamente el 41,27% de los encuestados sabe cómo funciona el interés compuesto.

Inflación e interés compuesto son dos conceptos clave sin cuyo conocimiento es imposible tomar buenas decisiones sobre la economía personal y familiar.

No ser consciente de que la inflación es como un pequeño ratón que se va comiendo el dinero que guardas en el banco o debajo del colchón te aboca a estar continuamente perdiendo poder adquisitivo. Y no estar familiarizado con el funcionamiento del interés compuesto (del que Einstein dijo que era “la fuerza más poderosa del universo”) te condena a encontrarte desarmado e indefenso ante el poder destructivo que la inflación tiene sobre tu patrimonio.

Así, con este desconocimiento, no es de extrañar que 2 de cada 3 españoles que ahorran lo hagan directamente en la cuenta corriente, exponiendo así todos sus ahorros al insaciable y persistente ratón de la inflación.

Pero del estudio se desprenden otros datos preocupantes. Un 40% de los encuestados reconoce no haber oído hablar sobre “cuentas de ahorro”; y en los dos últimos años solo el 7% de la población ha invertido en fondos, fundamentalmente por el desconocimiento del funcionamiento de los mercados financieros y la cortoplacista tendencia que tenemos en España a confiar únicamente en el poder del “ladrillo”.

Dentro de este desalentador panorama, Aragón se sitúa como una de las comunidades autónomas con mejores resultados. Por ejemplo, Aragón supera a la media española en 7 puntos porcentuales en la comprensión de la importancia de la diversificación para la gestión del riesgo en las inversiones. Asimismo, el porcentaje de aragoneses que ha adquirido en los dos últimos años algún producto de ahorro (acciones, renta fija, plan de pensiones, etc.) supera en 4 puntos a la media española, (20% frente al 16%).

Como reconoce el propio Banco de España: “desarrollar la educación financiera de la población resulta fundamental para incrementar la calidad de vida de los ciudadanos y el potencial de crecimiento del conjunto de la economía”.

Esto es así porque adquirir y hacer uso de una buena cultura financiera nos capacita para tomar decisiones correctas en relación con nuestra planificación económica. Las personas que comprenden el funcionamiento básico del dinero incrementan de forma exitosa sus ahorros, protegen su patrimonio y dinamizan con sus inversiones a distintos sectores productivos.

Y nunca es tarde para aprender cultura financiera. Lo ideal, como siempre, es que nuestro sistema educativo nos proveyese de los conocimientos necesarios, pero actualmente no es así. Aprovechémonos de la ingente cantidad de conocimiento que la tecnología pone a nuestro alcance para formarnos y, último consejo, confiemos siempre las decisiones importantes a un asesor profesional: si lo hacemos con nuestra salud física, hagámoslo también con nuestra salud financiera.