Al igual que otros ámbitos, la salud ha evolucionado de forma muy significativa en las últimas décadas y, a día de hoy, la población es mucho más consciente de la importancia de cuidarse y prevenir dolencias. Así es, por ejemplo, con la dieta o con la importancia de la salud bucodental.

Un proceso similar ha vivido el cuidado de los pies y, si hace unas décadas los podólogos se dedicaban preferentemente a solucionar problemas como callos o juanetes, a día de hoy están mucho más enfocados a la prevención, hacen uso de tecnologías de última generación, y prestan atención a factores clave como el análisis de la pisada o el uso de calzado adecuado.

Este proceso lo ha vivido la doctora Carmen Moral en primera persona. Está al frente Moral Clínica Podológica, en el paseo Independencia 25, y allí ha desarrollado una carrera de 30 años, después de que su padre, traumatólogo, le transmitiera su amor por la medicina. Porque, literalmente, de eso habla, de «amor».

«Es una alegría ver cuando un paciente soluciona su problema», explica la terapeuta, que ahora traslada a su hijo, el también podólogo Ignacio Marco, esta pasión por buscar el bienestar de sus clientes. «Yo siempre ví la podología en el conjunto del aparato locomotor», explica Moral, remarcando su relación e influjo en otras partes del cuerpo, como las rodillas o la espalda. Cuando empezó su carrera profesional, era mucho más común circunscribirse a los propios pies, con tratamientos específicos en dedos o uñas.

«Empezamos a hacer estudios de la pisada, aunque de manera más manual y no con la tecnología con la que contamos hoy en día», explica la doctora. «Ahora eso ha avanzado mucho, al igual que la visión de la sociedad con respecto a la importancia de los pies: ya no solo se acude a la consulta por un dolor, sino como prevención», indica.

Dos generaciones de podólogos, en HOY ARAGÓN / HA

Actualmente es mucho más natural hacer prevención y revisiones a los niños, algo que en el pasado solo ocurría en casos puntuales. También ha crecido mucho el número de deportistas, que acuden a la consulta para prevenir cualquier posible lesión.

Hoy en día, la clínica se ha hecho fuerte en estudios biomecánicos, con tecnologías como el escáner 3D para el estudio de la marcha, la plataforma de presiones… Todo ello aleja las prácticas actuales a las que se hacían hace tres décadas, si bien las dolencias tradicionales, si bien han disminuido, se siguen produciendo.

LA IMPORTANCIA DEL CALZADO ADECUADO

«Los zapatos de tacón no son adecuados y siempre dañarán más o menos el pie; mi recomendación es llevarlos en ocasiones, como por ejemplo una celebración, y procurar que no sean demasiado altos«, señala la podóloga. Afortunadamente, esa concienciación ha cambiado para bien, explican Carmen Moral e Ignacio Marco.

«Hace unos años, las mujeres de cierta edad iban siempre con tacones; ir con zapato plano era de colegiala e ir con deportivas era solo para hacer deporte», señalan de manera gráfica. Esto ha evolucionado para bien y, por ejemplo, «ahora se ven muchos menos juanetes».

Llevar un calzado apretado de manera contínua hace que «el pie se deforme», indica Marco. Y, además, es una fuente de autoengaño: «Nos ocurre a menudo en la consulta que los pacientes nos dicen que un calzado les resulta cómodo cuando es claramente estrecho, y no se dan cuenta que algo que les aprieta hora tras hora, y día tras día, termina siendo perjudicial».

RELEVO GENERACIONAL

En una tierra de pymes como es Aragón, el cambio generacional es una de las cuestiones que más preocupan a los empresarios. En el caso de Moral Clínica Podológica, el relevo de Carmen Moral está asegurado con su hijo Ignacio Marco.

«La consulta la he vivido desde pequeño, y siempre me he visto muy cercano a mi abuelo y a mi madre«, desvela. Estudió Podología en Valencia y se incorporó en 2020 a la clínica, ganando desde entonces responsabilidad.

Hoy trabajan a la par, si bien Ignacio Marco también dedica parte de su tiempo a la carrera de Fisioterapia. «La idea es ampliar nuestros servicios, teniendo en cuenta que una carrera está muy relacionada con la otra y me va a permitir tener una visión más global», explica.

MORAL LÁSER TERAPIA

La clínica podológica zaragozana es pionera en el uso del láser frío de baja intensidad, un regenerador celular que funciona muy bien para dolencias como la fascitis plantar o distintas tendinitis. De ahí que hayan creado un nuevo dominio, Moral Láser Terapia.

Con técnicas únicas en Aragón, trabajan con dos tipos de láseres, uno de ellos para el dolor y lesiones como las indicadas, así como dolores lumbares, de rodillas, hombros, etc. El segundo láser está prescrito para la onicomicosis, es decir, los hongos en uñas.

«Antes se realizaban tratamientos tópicos, con los que era difícil eliminar los hongos, o tratamientos orales, que conllevaban efectos secundarios», explica la doctora. El láser «tiene mucha más eficacia y hemos obtenido resultados muy positivos», apunta.

Además, como puntualiza Marco, «al tratarse de láser frío de baja intensidad, es totalmente idoloro«. A ello se suma que «no tiene ningún tipo de efecto secundario».