El auge de medicamentos destinados al tratamiento de la obesidad o para la diabetes, como Ozempic, podría generar una disminución del 20% en el consumo de alimentos ricos en grasas o azúcares, según analistas de Morgan Stanley. Mientras Estados Unidos ya experimenta las implicaciones de esta tendencia, España se prepara para su llegada en 2024.

La farmacéutica danesa Novo Nordisk, responsable de Ozempic, prevé su introducción en España para el próximo año. Aunque el Ministerio de Sanidad ya ha dado luz verde a Wegovy, una alternativa a Ozempic, el desafío reside en la gestión de la demanda, previendo posibles escaseces que afecten a pacientes diabéticos que necesiten este tratamiento.

La demanda excesiva ha llevado a que algunos pacientes con diabetes tipo 2 en España, tratados con medicamentos análogos del GLP-1, se encuentren en un incansable peregrinaje por farmacias buscando su tratamiento. A esto se suma el uso de estos medicamentos para la pérdida de peso, lo que intensifica la presión sobre el abastecimiento.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ya alertó sobre este aumento de demanda hace un año, emitiendo recomendaciones para garantizar el suministro. Los fármacos dentro de este grupo, como Trulicity de Lilly, Ozempic de Novo Nordisk y Bydureon de AstraZeneca, enfrentan desafíos de producción y distribución.

De hecho, Lilly ha solicitado a los profesionales sanitarios no prescribir Trulicity a nuevos pacientes para asegurar que aquellos ya en tratamiento puedan acceder a su dosis.

La solución inyectable de Ozempic, aunque con un precio de más de 900 euros en Estados Unidos, se presenta en España a 128,15 euros para recetas privadas. En el caso de recetas públicas, el medicamento está financiado solo si se prescribe para tratar la diabetes tipo 2, y tras pasar la inspección correspondiente.

Ozempic, además de su uso para la diabetes, está indicado para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares serios.

Sin embargo, no es adecuado para todos: no es una insulina, no debe usarse como sustituto de la misma y su uso incorrecto puede llevar a hipoglucemias. También está contraindicado para pacientes con retinopatía diabética, ya que puede agravar la condición, y en embarazadas.