Año tras año la opción de casarse en Dinamarca es cada vez más conocida y escogida por muchas parejas. ¿Los motivos? En algunas ocasiones, cuando una pareja decide dar un paso tan importante como este, encuentra la primera decepción al comprobar que aspectos de sus vidas, como su género o procedencia pueden complicar un proceso que tan solo debería estar cargado de ilusión.

Estas complicaciones se traducen en una burocracia excesivamente lenta que provoca que estos matrimonios se retrasen incluso por un año en determinadas situaciones.


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Casarse en Dinamarca supone el cambio que permite que solo haya que preocuparse por dar el “sí, quiero”, pero, ¿por qué exactamente?

UNA OPCIÓN AL ALCANCE DE TODOS

El matrimonio en Dinamarca no se rige por procedencia, género o situación, sino que se valora por la veracidad de los sentimientos que la pareja tiene el uno por el otro. Por ello, Dinamarca propone tan solo unas pequeñas pautas que han de cumplir aquellos que desean celebrar su boda en este país:

1.  Los prometidos han de tener 18 años o más.

2.  No pueden pertenecer a la misma línea sanguínea o ser familiares.

3. No desear contraer matrimonio por razones fraudulentas como podría ser la obtención del permiso de residencia.

4. No mantener una relación con otra persona.

5. Tener un permiso de residencia válido en la Unión Europea.

6. Para resumir: ganas por conseguir formalizar la relación y que el amor sea real son los requisitos indispensables para que comenzar los procesos para contraer matrimonio en Dinamarca.

¡ADIOS, BUROCRACIA, ADIOS!

Una unión tan especial como la del matrimonio no debería verse nunca dilatada en el tiempo por motivos ajenos a la pareja.

Sobre todo, no debería verse retrasada por una infinidad de trámites burocráticos para demostrar la veracidad de sus intenciones.

Se trata de trámites y documentos que pueden tardar meses hasta que son expedidos, que no son fáciles de conseguir y que suman más tiempo y más complicaciones a lo que habría tenido que ser una decisión cargada de felicidad.

Y es que numerosas parejas encuentran aquí su primer problema: se trata, sobre todo, de parejas extranjeras que, al tomar esta decisión, comprueban cómo no solo necesitarán tiempo para expedir la documentación necesaria en su país de origen, sino que también lo necesitarán en el país de destino, donde la burocracia es excesivamente lenta.

Casarse en Dinamarca permite agilizar este proceso gracias a una menor cantidad de documentos necesarios y una mayor facilidad para demostrar las verdaderas intenciones del futuro matrimonio.

Si bien la siguiente ventaja no permite agilizar la burocracia más, sí que permite que sea más llevadera: ¡no es necesario acudir a Dinamarca hasta el gran día! Toda la tramitación puede realizarse vía online o a través de correo postal.

¿BODA PERFECTA? ¡SÍ, QUIERO!

No se trata de la sencillez en la burocracia, de la rapidez para la expedición de documentos, o de la posibilidad de realizar los trámites online. Dinamarca enamora.

Casarse en Dinamarca es una oportunidad no solo por contraer matrimonio y preocuparse tan solo por lo que realmente importa, sino que supone conocer un país con mucho encanto que todavía, a día de hoy, pocos conocen: un paseo al atardecer por el canal de Nyhavn, una vuelta a la era vikinga en Selandia, isla creada por dioses, o simplemente probar la gastronomía danesa de la mano de un smørrebrød son algunos de los planes que pueden convertir cualquier boda en inolvidable.

A esperas de que la situación europea actual cambie con respecto a los matrimonios y deje de existir este tipo de problemas, es reconfortante saber qué es posible encontrar una solución que aporta tanta positividad en Dinamarca.