El Comisario Falcón no duda al contar con pelos y señales los peligros del ‘grooming’, o acoso sexual en la red. «Mientras hablamos se están produciendo acosos. No tienen prisa y disfrutan con cada fase del proceso», admite Falcón sobre los depredadores sexuales.

Cuando hablamos con este Comisario de Policía Nacional y Jefe de la Judicial en Aragón sobre la edad de las víctimas, la respuesta deja sin habla a cualquiera. «Nueve, ocho, siete, seis años, y podríamos bajar en casos concretos», afirma.

Muchos de estos depredadores viven en la red camuflados con perfiles falsos, modificando su aspecto mediante Inteligencia Artificial, y buscando presas. «Algunos juegos conocidísimos por los jóvenes son el perfecto caldo de cultivo para estos depredadores», dice Jesús Cortés, Inspector de policía que forma parte de un equipo de cinco personas que da charlas en colegios e institutos sobre éste y otros peligros en Internet.

Hace unos días Falcón también participó en un encuentro con padres y quiso realizar un experimento. Crearon en la red un perfil falso llamado ‘susana14’. «En el momento en el que saludamos en un chat muy conocido ya teníamos respuesta de hasta ocho personas. ¿Cómo estás?¿Estás sola?¿Qué llevas puesto? nos preguntaban«.

Durante las charlas a jóvenes aragoneses, la Policía Nacional busca un doble objetivo. Por un lado, formar e informar de los peligros a los que se exponen, y por otro buscar información. «No es la primera vez que alguien viene y nos cuenta que ha tenido una situación de acoso, y además nos da un perfil o pruebas que ponen tras la pista a nuestros compañeros», dice Cortés.

¿Existe un perfil de depredador sexual? Falcón considera que son casos muy similares a los de los asesinos en serie, no hay dos iguales. «Profesores, monitores, jóvenes de 30 que les gustan las de 14. Mayores de 60 que buscan edades de entre seis y ocho años… Al abanico es grande», sentencia.

La policía es muy consciente de que estos depredadores no tienen ninguna prisa y disfrutan con cada fase de «conquista» que realizan. «Todos conocemos sus fases; el tanteo, la amistad, ganarse la confianza del menor, pedirle alguna foto, el chantaje, e incluso acabar quedando físicamente con él», explica Falcón.

«SE AISLAN, NO COMEN, Y APENAS SALEN DE CASA»

Estos policías aseguran que muchos padres son conscientes tarde de la situación que están viviendo sus hijos. Muchas veces es un hermano o un amigo quien da la voz de alarma en casa. Además, Falcón da las claves a los padres para percibir un posible caso de acoso en un menor.

«No salen y se acaban encerrando en casa, concretamente en su habitación. Suelen perder el apetito, las ganas de hacer cosas y se percibe en ellos mucho miedo«, asegura Falcón, que ha tenido que vivir estos casos muy de cerca.

Los depredadores buscan su satisfacción personal, su disfrute con cada fase del acoso, pero también hay casos en los que el objetivo es también un beneficio económico. «Fotos y vídeos que están muy cotizados en los foros de depredadores y que comercializan entre ellos. por desgracia, hay cientos y cada día descubrimos más», afirma Falcón.