Lourdes nunca imaginaría que este año 2024 ya no iba a poder estar con su madre. Rosa María Giménez Wangtiang, una anciana de 84 años desapareció el día de Nochevieja del año pasado.

Desde el momento en que su hija denunció la de a la Policía Nacional, muchos se volcaron en la búsqueda de esta zaragozana. Los bomberos de Zaragoza también iniciaron una intensa búsqueda. «Sus recorridos eran muy rutinarios; siempre tenía los mismos hábitos y rara vez cambiaba», explicaba Lourdes cuando todavía su madre se encontraba en paradero desconocido.

Rosa María Giménez Wangtiang era una mujer, recuerda su hija, sencilla, amiga de sus amigos y una madre que estaba ahí para lo bueno y lo malo. Gozaba de buena salud a pesar de su edad y nada hacía presagiar su trágico desenlace.

Conforme pasaba el tiempo muchos perdían la esperanza de encontrarla con vida. No era el caso de Lourdes, que siempre tenía una sonrisa, sobre todo cuando le llamaba algún periodista para pedirle que hablase de su madre. «No me gustan estas cosas, pero tengo que seguir ahí por mi madre y por mí. Me viene bien hablarlo, aunque también soy consciente que un día llegará el momento en el que no me venga tan bien», contaba Lourdes.

Y ese día llegó cuando la Policía Nacional le notificó que habían encontrado un cuerpo en el cementerio de Torrero. «Era tan confusa la información… Se me vino el mundo encima», recuerda.

Fue un operario del cementerio zaragozano quien avisó que a las 8 de la mañana del pasado día cinco de abril habían encontrado un cuerpo sin vida, junto a una lápida, en una zona, al parecer, poco transitada del camposanto. «Todavía me lo dices y no lo asimilo. Mi madre en el cementerio, junto a una lápida. Cuando me lo contaron no me lo creía».

La vida de Lourdes desde aquel momento no ha sido nada fácil. Le han llegado ofertas de televisiones nacionales para salir y contar su experiencia, pero se negado a hacerlo. «Me he sentido dolida, no solo por la pérdida de mi madre, sino también por las cosas que se han contado», se sincera.

Esta zaragozana se refiere a las informaciones vertidas sobre las causas de su muerte cuando, según explica, ella no sabía siquiera el resultado de la autopsia. «Además, yo creo que todo eso forma parte de la intimidad. Bastaba con decir que mi madre había desaparecido ¿no?», sentencia Lourdes, que cuenta que se está planteando llevar a cabo medidas legales por informaciones que cree desmesuradas.

UNA VISITA AL CEMENTERIO

Al principio, cuando la información era confusa, tenía miedo y no sabía hacía donde ir. Este pasado fin de semana, Lourdes tomó una decisión dolorosa. «Era algo a lo que quería enfrentarme. Ver el lugar donde apareció mi madre», dice.

Al final consiguió la información y se acercó a Torrero. «Fue impactante llegar al sitio y ver donde mi madre, según cuentan, falleció», explica. Confiesa que todavía tiene muchas preguntas en el aire. No sabe qué hacía allí, ni como decidió acercarse a Torrero. Tampoco, como ha leído, como decidió quitarse la vida. «Son muchas cosas que me producen un profundo dolor. Lo principal es que mi madre ya no está aquí y ahora lo más positivo es que voy a poder despedirme de ella», asegura Lourdes, que ha decidido incinerar a su madre.