La noche y madrugada de este pasado domingo, la Policía Local de Zaragoza ha interceptado varios hurtos y robos con violencia de teléfonos móviles, objetivo con frecuencia de ladrones que trabajan habitualmente de noche y cerca de las zonas de ocio.

En torno a la una de la madrugada, los agentes acudieron a la llamada de una joven que había reconocido al ladrón días atrás de su ‘móvil’, valorado en más de 700 euros, y le perseguía mientras avisaba a la policía.

No sería la última actuación policial por robos de teléfonos. A las 4:30 horas, policías pertenecientes a la Unidad de Motoristas de Educación Vial detenían en un control preventivo a tres chicos de entre 25 y 29 años, que iban drogados y bebidos, transportando en bolsitas marihuana y con las cajas con siete smartphones en su interior dentro del vehículo y cuya origen no precisaron.

Dos horas después, de nuevo otro detenido por el robo de un teléfono móvil. Esta vez en la calle Alfonso I. Las víctimas, dos personas que fueron asaltadas por otros tres. Entablaron conversación y, en un despiste les arrebataron el ‘móvil’ de la mano. Uno huyó en un patinete eléctrico y el otro a la carrera. Al tercero lo retuvieron las víctimas y llamaron a la Policía Local que lo detuvo por participación en un robo con violencia.

Esa misma noche, a 165 kilómetros de distancia de la capital aragonesa, en el festival de música electrónica SNOWDAZE, la Guardia Civil establecía un dispositivo preventivo de seguridad para controlar delitos entre los 1.800 asistentes.

SIETE ‘MÓVILES’ DE ALTA GAMA EN LOS BOLSILLOS

En el transcurso de la noche, agentes del Puesto de la Guardia Civil de Canfranc localizaban a un individuo que mantenía una actitud sospechosa. Tras ser identificado resultó que llevaba encima siete teléfonos móviles de alta gama, de los cuales no pudo aportar su procedencia.

Tras varias comprobaciones, los agentes descubrieron que los teléfonos habían sido robados en el interior del Festival. El detenido, un hombre de 27 años, fue puesto a disposición judicial y quedó en libertad con cargos. Todos los teléfonos móviles, una vez acreditada su pertenencia, fueron devueltos a sus legítimos propietarios.