Los hechos tuvieron lugar el pasado sábado, 22 de junio, sobre las 19:45 horas, en un bar en la Avenida de Salvador Allende, número 75. Los dueños del local avisan a la Policía Nacional y explican que en el local hay un hombre que está molestando al resto de clientes y se niega a pagar la consumición.

Cuando llegan al local los policías, la camarera les cuenta que este hombre ha llegado incluso a orinar en la barra del bar delante del resto de los clientes, sin importarle lo más mínimo que le recriminara esta acción.

Cuando los agentes hablan con esta persona, con iniciales A.L.Z., de 34 años, éste accede a pagar la consumición que debía y a salir del bar sin generar más problemas. Pero cuando los policías iban a abandonar el lugar al ver que la situación se había calmado, el hombre se dirigía a ellos y comenzaba a insultarles y a actuar de forma agresiva. «Asquerosos, hijos de puta, que os f.», repetía a los policías gritando en plena calle y señalándoles con el dedo.

Cuando los agentes le dicen que le van a proponer para sanción y que les entregue su carné de identidad, éste se niega. «No os voy a dar nada», les repite con violencia. En un momento dado, se va del lugar corriendo y es perseguido por los dos policías que tratan de darle alcance mientras se sigue dirigiendo a ellos de forma despectiva con frases como “me vais a comer la p.”.

Los dos funcionarios públicos acaban dando alcance al huido y mientras tratan de reducirle ante su gran resistencia, uno de ellos recibe varias patadas en la pierna. La violenta resistencia no cesa porque al meterle en el vehículo policial para trasladarlo como detenido a Comisaría amenaza a los agentes mientras pega patadas a los cristales desde dentro del coche. “Conozco a gente que voy a mandaros para que os mate. Os vais a cagar”, repite constantemente dirigiéndose a los dos agentes.

Las desproporcionadas reacciones de A.L.Z. no cesan ya que, una vez trasladado al Hospital Nuestra Señora de Gracia, en la capital aragonesa, el detenido defendido por los letrados Carmen Sánchez y Luis Ángel Marcén, intenta marcharse y tiene que ser reducido por segunda vez por los policías que le escoltan, lesionando a una de ellas en la muñeca.

No termina la actuación policial en este momento ya que, a la salida del centro hospitalario, el detenido vuelve a intentar agredir a estos policías nacionales que vuelven a introducirle en el vehículo a pesar de la resistencia que muestra y, una vez dentro, de nuevo empieza a pegar golpes y acaba por desencajar una de las ventanillas.

MULTIREINCIDENTES Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD

Cada vez son más los casos en los que, tras una primera intervención, en donde no se va a proceder en principio a ninguna detención, la situación acaba complicándose cada vez más y termina con detención y varios policías lesionados.

Según el Código Penal español, el delito de lesiones leves a un policía se encuentra tipificado en el artículo 147.3. Este artículo establece que quien cause a un miembro de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado una lesión que requiera una primera asistencia facultativa o tratamiento médico no prolongado, será castigado con la pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a catorce meses.

Si la lesión es grave y causa una enfermedad, mutilación, invalidez, deformidad grave o pone en peligro la vida del policía, el Código Penal establece penas de prisión de tres a cinco años. Si además concurren circunstancias agravantes, como el uso de armas o el resultado de lesiones múltiples, las penas pueden ser aún más elevadas.