La Plaza Tauste es el centro de un barrio zaragozano que recibe desde hace meses y cada día la presencia policial por diversos altercados. Luismi Bernad es tan solo una parte del ‘ColectivoBruil’, una asociación que nace para denunciar los robos y actos vandálicos que empiezan a hacer mella entre los vecinos.

«Hay una asociación que lleva más de 20 años trabajando pero ahora se dedica a temas sociales orientadas a gente mayor. Ahora tenemos que ser nosotros los que tiremos del carro. Sino lo hacemos ahora, después será demasiado tarde», explica Luismi.

La famila de Ana lleva medio siglo tras el mostrador de la farmacia que está situada en el centro del barrio. En apenas unos meses ya le han robado en dos ocasiones. «Esta última no fue tan dura, pero hace unos días vino una persona muy violenta y me amenazó con un cuchillo para llevarse todo el dinero de la caja«, cuenta Ana.

Son varias las muestras de apoyo que ha recibido de los vecinos de su barrio, que no quieren dejar solo a nadie pero que tienen claro que su objetivo es aislar la delincuencia que, dicen, se está apoderando del barrio. «Hay viviendas de grandes promotores vacías y ese es el foco del problema. Tu puedes entrar con una patada, entras de okupa y cambias la cerradura y listo», dice Santos Gil, otro miembro de la asociación.

Los soportales de algunos edificios cercanos al albergue municipal de Zaragoza también se han convertido en un problema. «Te entran en el portal y se mean dentro. Te sientes impotente», dice otra vecina a HOY ARAGÓN que no quiere revelar su identidad.

La asociación apunta a los transeúntes que no entran en el albergue y que, cuentan, tienen tomada la plaza que hay detrás del Centro de Historias. «Ese entorno de la Plaza San Agustín lo tienen completamente tomado y está dejado de la mano de Dios», dice Luismi mientras enseña fotografías de ‘si techo’ durmiendo en la zona.

«Tienen el albergue pero muchos prefieren estar fuera. Además, dentro no permiten el consumo de alcohol y los que se quedan fuera consumen y la lían«, cuenta Gil. La suciedad y la inseguridad generada es un problema que ya están trasladando al Ayuntamiento de Zaragoza para que tome medidas.

ROBOS INDISCRIMINADOS DE GRUPOS DE MENORES

A la inseguridad y la insalubridad en algunas zonas del barrio hay que añadir el aumento de robos en establecimientos de la zona. No solo en la farmacia de Ana; nadie se libra, dicen los vecinos, de un grupo de menores que «se sienten impunes».

«Son una cuadrilla que entra en los comercios y aprovecha el despiste de los dueños para llevarse lo que pueden. Han llegado a entrar en la iglesia del Corpus Christi que tenemos aquí y se llevaron hasta el libro de salmos que luego una vecina encontró tirado en un contenedor», recuerda Luismi Bernad.

Estos pequeños hurtos, dicen estos vecinos, van en aumento y la suma de todo hace que se hayan unido para denunciar una situación que ven cada vez más enquistada. A esto hay que sumar la existencia de ‘narco pisos’. «Donde todos sabemos que se vende droga, la policía también», sentencia Bernad.