La incursión de la Princesa Leonor en el mundo académico-militar ha despertado un significativo interés mediático: desde su salida por el bar El Tuno de la zona universitaria a su compra de bolígrafos y carpetas en la papelería Folder. Todos quieren captar el momento de la Princesa Leonor por la ciudad de Zaragoza como una ciudadana más, debido a su reciente inscripción en la Academia Militar de Zaragoza. La probable futura reina de España está bajo el foco mediático, tanto por la institución a la que representa como por las relaciones con sus compañeros de estudio.

El pasado domingo, el programa ‘Socialité‘ de Telecinco logró una entrevista exclusiva con uno de los alumnos de dicha academia. Este estudiante compartió, desde su posición privilegiada, diversas anécdotas y cambios recientes dentro del recinto académico que parecen estar directamente vinculados a la presencia de la heredera al trono español.

Uno de los cambios más significativos que destacó el estudiante es la nueva política de uso de móviles. «A los de primero nos han prohibido usar el móvil en la academia porque somos los que más coincidimos con la Princesa Leonor. En el comedor no podemos utilizar el móvil. La razón principal parece ser evitar filtraciones, especialmente fotografías, de Doña Leonor, restringiendo el uso del móvil únicamente a las habitaciones«, compartió. Según las cifras que se mueven en el sector, un paparazzi podría cobrar de un medio de comunicación interesado entre 30.000 a 45.000 euros por una fotografía comprometida de la princesa Leonor.

La preocupación es máxima porque, al contrario de lo que sucedió con su padre y su abuelo en su paso por la Academia General Militar de Zaragoza, la intimidad ya casi no existe cuando todos los cadetes pueden tener una cámara en su teléfono móvil. O, incluso, pueden grabar una nota de voz donde la princesa Leonor esté en una situación comprometida o haga unas declaraciones controvertidas. Todo lo que haga o diga dañará la imagen de la institución y, por extensión, su futuro como representante de la Casa Real o futura Reina de España. El control está siendo intenso y exhaustivo por parte de miembros de la Academia General Militar como por parte del Servicio Secreto.

A pesar de las adaptaciones que la institución ha tenido que implementar, parece que la Princesa Leonor ha llevado su transición con gracia y soltura. El testimonio del alumno revela que «Leonor se ha integrado muy bien y ya tiene su grupito de amigas. Siempre va acompañada por dos amigas que ha conocido en la academia. Han creado un fuerte vínculo, siendo frecuente verlas compartir momentos en el comedor y, ocasionalmente, disfrutando del ambiente universitario zaragozano».

Estos relatos ofrecen una perspectiva única de cómo la vida en la Academia Militar de Zaragoza se ha adaptado a su nueva alumna real, y de cómo, a pesar de su estatus, la Princesa Leonor busca vivir una experiencia educativa genuina y enriquecedora.