Si en estos últimos días has pasado por la calle San Vicente de Paul seguro que te has fijado en que hay un nuevo y llamativo vecino. Y digo que seguro que te has fijado, porque su local es moderno y rompedor. De hecho, en el rato que HOY ARAGÓN estuvo allí hablando con el alma mater del proyecto, no paraba de pararse gente a mirar los escaparates y a sacar fotos del interior.

Se trata de L’Amar, el espacio físico que al fin, tras diez meses de obras, el diseñador y sastre zaragozano Nacho Lamar ha abierto en esta céntrica calle del Casco Histórico de Zaragoza. Desde la calle, destaca a través de los amplios escaparates el espacio diáfano, y los uniformes que el diseñador creó para el hotel de lujo de la Estación de Canfranc.

La sastrería ha respetado la arquitectura del local y ha recuperado mobiliario / Hoy Aragón

Esta moderno y rompedor espacio se ubica en un edificio de 1942, y no se parece en nada a la imagen que puedes tener de una sastrería al uso. El interior del local es una fantasía en la que se mezcla clasicismo y vanguardia, en un estilo que representa a la perfección la filosofía de este joven zaragozano. Porque aquí, nada ha sido puesto al azar.

El espacio pretende ser parte de la experiencia de los clientes que se acerquen hasta esta tienda/sastrería, dentro de la estrategia que Lamar ha diseñado para apostar por su tierra y seguir creciendo.

Desde los años 60 al 2010, este local estuvo ocupado por un negocio de material eléctrico famoso en todo el barrio que estaba regentado por un matrimonio. Después, hubo una galería de arte que cerró en 2020. Y ahora, este espacio cobra nueva vida dedicada a la moda, el diseño y el mundo de la sastrería.

«Durante las obras dejamos diáfano el espacio, quisimos desnudas las columnas, sacar el ladrillo visto de los años 40, quisimos un entorno con luz fría, microcemento… También apostamos por recuperar muebles. Por ejemplo, nada más entrar, nos encontramos con una mesa de nogal de 100 años en azul», explica Nacho Lamar a HOY ARAGÓN.

Precisamente, el azul, el color corporativo de L’Amar, funciona como hilo conductor en este espacio en el que el blanco es el color predominante. En la zona de la mesa azul, además de la cerámica de Muel rota metida en una bombonera, destacan las prendas de L’Amar Contemporany, la zona de moda contemporánea que se abre al escaparate de la calle Mayor y en la que pueden contemplarse algunas de las prendas más icónicas de este joven diseñador.

En contraste, en el escaparate de San Vicente, se muestran los uniformes de Canfranc junto a piezas de sastrería de L’Amar, la línea que engloba sastrería masculina para fiesta y ceremonia. En esta zona, además del despacho abierto e integrado en el espacio, destacan piezas como una mesa regalada por una vecina que ha sido cortada y encajada en una columna.

La cultura, y Aragón, están muy presente en el local. Además de la cerámica de Muel, también vemos un cuadro de Francisco de Goya intervenido como arte contemporáneo. Y en el escaparate de San Vicente también destacan unos libros empotrados en huecos entre el ladrillo cara vista. «Quisimos que demostrar que la cultura es poderosa, y por eso, los libros sostienen los ladrillos y la propia pared», señala el diseñador.

En la zona dedicada a sastrería, tampoco deja de haber sorpresas. Desde corbatas expuestas en manos a una plancha que simula que plancha arrugas de pared. «Si Harry Potter tiene una escoba voladora, nosotros tenemos una plancha que plancha las arrugas de la pared, bajo la que está el sofá donde se sientan los familiares que acompañan al novio». Tampoco falta una oreja que escucha cuando el diseñador no está en el local, para que no se pierda nada de lo que allí sucede en su ausencia.

El local está repleto de detalles originales / Hoy Aragón

Una mezcla ecléctica y de vanguardia para servir de envolvente a la experiencia L’Amar. «Aquí todo está pensado para crear una experiencia a la hora de vestir a los novios, desarrollando una metodología de trabajo que busca alcanzar la máxima excelencia y sacar el potencial de cada persona», prosigue este diseñador especializado en sastrería.

Al margen de todo lo visto y contado, en L’Amar hay muchas más sorpresas. Algunas, que se guardan escondidas para que los clientes se sorprendan al visitar el local. Otras, que vendrán en el futuro, como el sótano abovedado que se construyó a modo de bunker antiaéreo y que albergará un museo L’Amar que permitirá conocer la trayectoria de esta firma.