Los radares han evolucionado significativamente, transformándose en herramientas clave para el control del tráfico en nuestras carreteras. La tecnología ha avanzado tanto que estos dispositivos prácticamente sustituyen la necesidad de una presencia humana constante allí donde se instalan. No solo regulan el tráfico, sino que también contribuyen eficazmente a la reducción de accidentes, salvando vidas y mejorando la seguridad vial.

FUNCIÓN Y PARÁMETROS DE LOS RADARES

Una de las funciones más importantes de los radares es el control de velocidad. Tanto los radares fijos como los radares móviles utilizan tecnología avanzada para medir los kilómetros recorridos en un tiempo determinado, permitiendo evaluar si un vehículo cumple con los límites de velocidad establecidos. En estas mediciones, se incluye un margen de error que se indica con un «+-» seguido de un número. Este margen establece que si un vehículo supera el límite de velocidad en esa cantidad específica, no será sancionado.

Hasta ahora, los radares operaban bajo la «regla del 5 y del 7». Esta regla indicaba el margen de error en las mediciones realizadas por los radares fijos y móviles:

En rutas con una velocidad máxima de 100 km/h o menos, el margen de error era de +- 5 kilómetros para radares fijos y +- 7 kilómetros para radares móviles.

En rutas con una velocidad máxima superior a 100 km/h, el +- 5 y +- 7 se aplicaba en porcentajes sobre el límite máximo de velocidad.

CAMBIOS A PARTIR DE MAYO DE 2024

Sin embargo, este sistema ha quedado obsoleto debido a la mejora en la precisión tecnológica de los radares. Los fabricantes de estos dispositivos ahora garantizan un menor margen de error en sus productos, lo que ha llevado a una actualización de las normativas.

A partir de mayo de 2024, entrará en vigor una nueva normativa que reduce significativamente el margen de error permitido en las mediciones de velocidad. Esta actualización se basa en la Orden ITC/3123/2010, de 26 de noviembre, que regula la homologación y control de los instrumentos de medición de velocidad.

La nueva normativa reemplaza la «regla del 5 y del 7» por la «regla del 3 y del 5». Esto significa que:

En rutas con una velocidad máxima superior a 100 km/h, el margen de error será del 3% para radares fijos y del 5% para radares móviles.

Esta reducción en el margen de error tendrá un impacto directo en la medición de la velocidad y, por ende, en las sanciones por exceso de velocidad. Los conductores deberán prestar especial atención a no superar los límites de velocidad, ya que la ventana de error se ha reducido considerablemente.

IMPLICACIONES PARA LA SEGURIDAD VIAL

La actualización de estos márgenes de error se traduce en una mayor precisión en las mediciones de velocidad, lo que a su vez contribuye a una mejor regulación del tráfico y a la disminución de accidentes. La precisión de los radares asegura que las infracciones sean detectadas con mayor exactitud, lo que disuade a los conductores de exceder los límites de velocidad.

La seguridad vial es una prioridad para las autoridades, y la implementación de tecnologías más precisas en el control de velocidad es una muestra de este compromiso. Los nuevos márgenes de error en los radares significan que los conductores tendrán que ser más conscientes de su velocidad en todo momento, reduciendo así la posibilidad de accidentes causados por el exceso de velocidad.

Además, estos cambios también tienen un impacto económico, ya que las sanciones por infracciones de velocidad pueden ser una fuente de ingresos significativa para los municipios y estados. Sin embargo, el objetivo principal sigue siendo la protección de la vida y la integridad de los usuarios de las vías.

LA TECNOLOGÍA AL SERVICIO DE LA SEGURIDAD VIAL

Los avances en la tecnología de los radares reflejan una tendencia global hacia el uso de soluciones tecnológicas para mejorar la seguridad vial. La implementación de radares fijos y radares móviles más precisos es solo un paso en una serie de medidas destinadas a crear un entorno más seguro en las carreteras.

A medida que la tecnología continúa avanzando, podemos esperar que los sistemas de control de tráfico se vuelvan aún más sofisticados, integrando inteligencia artificial y análisis de datos en tiempo real para prever y prevenir incidentes. La inversión en estas tecnologías no solo salva vidas, sino que también mejora la eficiencia del transporte y reduce los costos asociados con los accidentes de tráfico.

La reducción del margen de error en los radares, vigente a partir de mayo de 2024, es una medida que refuerza la seguridad vial. Los conductores deben adaptarse a esta nueva normativa y ser conscientes de los nuevos límites para evitar sanciones. La tecnología avanza y con ella, las herramientas que contribuyen a hacer de nuestras carreteras un lugar más seguro para todos.