El aluminio, un material cotidiano que lleva con nosotros más de un siglo, se está erigiendo como la solución idónea ahora que la reciclabilidad es una cuestión clave en cualquier sector. Como explica René Sanz, director de Relaciones Institucionales, Sostenibilidad y Economía Circular de Itesal, esta aleación “va a ser estratégica en los próximos años debido a los retos que plantea el cambio climático”.

Por un lado, cuenta con unas altas prestaciones y la historia así lo indica. Como ejemplo se puede poner el icónico Empire State Building de Nueva York, levantado en los años 20 del siglo pasado y que cuenta con sus paramentos originales de aluminio.

Pero, además, al contrario que materiales alternativos, como el plástico, la vida útil del aluminio es prácticamente infinita, dado que puede reciclarse una y otra vez sin perder sus propiedades. “Al cumplir su ciclo de vida no acaba en el vertedero, porque tiene un alto nivel de recompra”, destaca Sanz. Además, nunca sería contaminante. Es absolutamente inocuo si llegara a la cadena trófica.

Estas propiedades hacen que sectores como la construcción, muy sensibles a los condicionantes de la huella de carbono, miren hacia el aluminio. A nadie se le ocurre tirarlo, como ocurre con el plástico que termina en los océanos, y eso reporta una garantía de sostenibilidad imposible de obtener con otros materiales.

Pero, como explica el directivo de Itesal, la mayor ventaja es que en su primer uso, cuando procede directamente de la materia extractiva (bauxita), si por cada unidad de aluminio se necesitan por ejemplo 100 unidades de energía, “al recliclarlo necesitaremos en torno a un 95% menos. Menos de un 5 % de la energía inicial”. El consumo energético para obtener aluminio reciclado es muchísimo más bajo, lo que incide directamente en la huella de carbono.

“En 6.000 millones de años, si es que seguimos existiendo, el aluminio de hoy seguirá en uso”, señala de forma gráfica René Sanz. Por todas estas razones, la Unión Europea ha declarado el aluminio como material estratégico para los retos que plantea la sostenibilidad del siglo XXI.

ALTAS PRESTACIONES

En materia de construcción, el aluminio arrastra del pasado una concepción errónea sobre su calidad. Esto se debe principalmente a que las primeras ventanas y cerramientos que se hicieron en este material, muy habitual en la década de los 60, no contaban con los avances técnicos actuales, fundamentalmente en el vidrio.

En aquella época no existía el vidrio de cámara (conocido como Climalit) ni la tecnología de rotura de puente térmico. Hoy se pueden realizar ventanas de las más altas prestaciones con aluminio, evitando materiales como el PVC, “que al fin y al cabo es un plástico que, al final de su vida útil, genera un problema medioambiental porque no se va a reciclar al tener un coste superior para obtener siempre una calidad peor. La prueba es que la chatarra de aluminio se monetiza inmediatamente, y en cambio, por la recogida del plástico nadie obtendrá un rendimiento económico.”, explica Sanz.

Itesal fabrica aluminio reciclado en distintos porcentajes, siendo el más bajo de un 75%. Esto beneficia a todas las certificaciones de sostenibilidad, que exigen una baja de huella de carbono. Como LLED, BREEAM, GBCE, Cradle to Cradle, etc. 

Pero, además, han desarrollado un aluminio, denominado Eternalum, que procede al 100% de aluminio de postconsumo. Es la única compañía aragonesa que ofrece este tipo de producto, óptima para ventanas, cerramientos, barandillas, puertas, muros-cortina, pérgolas…

“Algunas compañías tratan de llevar  la sostenibilidad sólo al campo de la eficiencia, pero ser eficientes es condición necesaria, pero no suficiente, para ser sostenibles”, destaca el directivo

A día de hoy, Itesal cuenta con una gama de productos que se adaptan, tanto al código técnico de edificación, (CTE), en todas las zonas de España y para cualquier severidad térmica, (que es la única normativa verdaderamente obligatoria que han de cumplir los edificios que se construyen),  como a cualquier estándar constructivo complementario. 

*Nota del director: Este artículo está incluido dentro del especial ‘Retos de la sostenibilidad’ que realiza HOY ARAGÓN en colaboración con las empresas más punteras del sector.