El Museo del Prado, el Thyssen o el Reino Sofía son los tres grandes museos de la capital española. Situados en el triángulo del Arte, estos centros concentran la fama y algunas de las obras más famosas de la historia del arte universal. Pero más allá de estas famosas pinacotecas, Madrid está salpicada de otros museos que merece la pena tener en el objetivo para disfrutar del arte en mayúsculas.

Y si además también quieres disfrutar del mejor arte aragonés, el Museo Lázaro Galdiano es tu mejor opción. Porque en Madrid, además de los Goya del Prado, o de los Saura del Reina Sofía, hay mucho y muy buen arte aragonés para ver, conocer y disfrutar.

EL ARAGONÉS JOSÉ CAMÓN AZNAR, PRIMER DIRECTOR DE LA FUNDACIÓN Y DEL MUSEO

El Museo Lázaro Galdiano abrió sus puertas al público el 27 de enero de 1951, mostrando los fondos de la rica y amplia colección de José Lázaro Galdiano. Y en estas colecciones hay una amplia presencia de arte aragonés, sus orígenes también tienen su lazo con nuestra Comunidad Autónoma ¿El motivo? El primer director de la Fundación y del propio museo fue el catedrático, historiador del arte, escritor y pensador zaragozano José Camón Aznar.

Este aragonés fue una figura clave, junto al arquitecto madrileño Fernando Chueca Goitia, para conformar el museo del que podemos disfrutar hoy, con un proyecto museístico que transformó el palacio de Parque Florido para acoger esta colección de arte que Lázaro reunió durante más de sesenta años y que está compuesta por más de 12.600 piezas.

Entre esas piezas, hay obras de artistas como Velázquez, El Bosco, El Greco, Murillo o Francisco de Goya. De hecho, el Museo Lázaro Galdiano es, tras el Prado y la Real Academia de San Fernando, el tercer lugar de Madrid con más obras del pintor aragonés.

ARAGÓN, MUY PRESENTE EN LAS COLECCIONES DEL LÁZARO GALDIANO

El Aquelarre de Goya / Museo Lázaro Galdiano

Dentro de esa enorme colección, Aragón está muy presente. Dentro de la selección de 30 obras maestras del Museo hay dos obras de artistas aragoneses. La primera de estas dos obras es ‘El Aquelarre’, una pintura de Francisco de Goya que formó parte de los seis lienzos encargados por los duques de Osuna para la decoración de su finca, El Capricho, en las cercanías de Madrid. 

Goya ocupa un lugar preferente dentro de la colección del Museo, ya que Lázaro Galdiano sentía gran admiración por el pintor aragonés. Así, Lázaro reunió 8 pinturas (más otras dos atribuidas), primeras y segundas ediciones de las estampas, pruebas de estado, dibujos y cartas del pintor a su amigo Martín Zapater.

Además, dispuso que uno de los techos de su residencia, en la que se ubica el museo actual, tuviera por tema una apoteosis de Goya rodeado por sus modelos. Entre las obras, además de ‘El Aquelarre’, encontramos trabajos como ‘Las Brujas’, ‘La Magdalena Penitente’, ‘San Hermenegildo’ o el ‘Retrato del Padre Canal’.

También hay un par de bocetos para la iglesia de San Fernando de Torrero de Zaragoza, o El Entierro de Cristo, pintado por Goya entre 1771 y 1772 para decorar la capilla del palacio zaragozano de los condes de Sobradiel.

Virgén de mosén Sperandeu de Santa Fe / Museo Lázaro Galdiano

Dejando de lado a Goya, la segunda de las 30 obras maestras del Lázaro Galdiano de origen aragonés es la tabla central del retablo que decoraba la capilla funeraria de mosén Sperandeu en la iglesia del Convento de San Francisco de Tarazona, y que fue ejecutada por el pintor gótico Blasco de Grañén, conocido como Maestro de Lanaja.

La pintura, encargada por Luis de Santa Fe, destacado miembro de una familia de conversos, representa a la Virgen, acompañada del propio Luis de Santa Fe, y por un ángel que sostiene el escudo de armas de los Santa Fe de Tarazona, con una mano empuñando una cruz patriarcal de oro sobre un campo azul.

Dentro de las 30 obras destacables de la biblioteca de la Fundación guarda otra obra muy importante dentro de la historia de Aragón, el Ceremonial de la consagración y coronación de los reyes y reinas de Aragón que seguían los monarcas aragoneses al coronarse en la Seo de Zaragoza, y que elaboró el rey Pedro IV El Ceremonioso.

Este códice, uno de los más valiosos de la biblioteca del Lázaro Galdiano, es la más antigua y lujosa de las copias conservadas de la versión aragonesa. Y en él se plasman por escrito las normas de protocolo que regían la unción y coronación del rey y de la reina de Aragón, y en el que rito y la iconografía se utilizan como instrumento político.

El manuscrito cuenta con encuadernación mudéjar y está escrito en letra gótica libraria aragonesa de transición, con orlas floreadas con motivos vegetales y las armas de Aragón: barras y cruces de San Jorge y Sobrarbe. Siguiendo este ceremonial se coronaron Juan I, en 1388, Martín I el Humano, en 1397 y Fernando I de Antequera, en 1414.

OTRAS PIEZAS DE ORIGEN ARAGONÉS

Además de las joyas que acabamos de ver, en el Lázaro Galdiano hay otras muchas piezas de origen aragonés., como las tablas de la Coronación de la Virgen, del Maestro de Velilla según Carmen Lacarra, o San Miguel Arcángel con sus dos donantes, obra del entorno de Juan Ríus y Domingo Ram, procedente de la Comarca de Calatayud.

Los fondos del Museo también tiene tablas de estilo flamenco del último tercio del siglo XVI, con obras de oscense Juan de Abadía el Viejo, o las tablas de San Miguel Arcángel y San Sebastián. Una obra del siglo XV procedente del retablo mayor de la iglesia parroquial de San Esteban de Aniés, en Huesca. También hay una tabla de San Blas, obra de Miguel Jiménez, pintor del rey Fernando El Católico.

En la colección de platería, hay media docena de piezas aragonesas datadas entre los siglos XV y XVII, cinco de ellas con marca de Zaragoza y una de Daroca. Entre ellas, destaca un relicario realizado entre 1475 y 1500 que presenta un templete de planta hexagonal con tracerías góticas, o un Cáliz de Zaragoza datado en el 1500.

Agustina de Aragón, de Juan Galvez / Museo Lázaro Galdiano

Además, y aunque no son obras aragonesas, en el museo también hay pinturas con temática relacionada con Aragón. Un buen ejemplo es la imagen de Agustina de Aragón, una obra de Juan Gálvez de 1810 que representa a la heroína aragonesa de Los Sitios de Zaragoza.

Antonio Tomasich y Haro también pintó en 1865 otra imagen relacionada con otra heroína de Los Sitios de Zaragoza, en este caso, de María Agustín. Y Ramón Bayeu y Subías pintó en 1780 una imagen de Nuestra Señora del Pilar.