Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, muchos ansían escapar de la rutina y sumergirse en unos días de desconexión y disfrute. Para aquellos que optan por el turismo rural, Aragón, y en particular la provincia de Huesca, ofrece un destino idílico. Es en este territorio donde se encuentra El Grado, un encantador pueblo rodeado de aguas cristalinas y paisajes naturales impresionantes.

EL GRADO

Ubicado en Barbastro, El Grado cautiva a locales y visitantes con su embalse, un punto de atracción que realza la belleza natural de la zona y ofrece una variedad de actividades acuáticas, como la pesca de diversas especies. El embalse del Cinca, situado en la localidad tiene unas vistas espectaculares de las cumbres del Pirineo en días despejados.

HISTORIA

El encanto de El Grado no se limita a su entorno natural; su casco antiguo alberga una rica historia y cultura. La Iglesia Parroquial de San Salvador, una majestuosa construcción de los siglos XVI y XVII, representa el estilo gótico aragonés en su máximo esplendor. Además, el pueblo ofrece puntos de interés como el Santuario de Torreciudad en Secastilla, un centro de peregrinación mariana con una valiosa imagen románica de la Virgen de Nuestra Señora de los Ángeles.

El Grado ofrece la oportunidad única de explorar su pasado a través de las fortificaciones de la Guerra Civil, parte de la Línea del Cinca. Visitas guiadas permiten a los visitantes adentrarse en trincheras y nidos de ametralladoras, proporcionando una ventana a la historia bélica del país y mostrando la riqueza cultural y las tradiciones de El Grado.

CÓMO LLEGAR

Para visitar El Grado desde Huesca, la Autovía A-22 ofrece la ruta más conveniente, con un viaje en coche de aproximadamente una hora. Desde Zaragoza, la A-23 es la opción, con un recorrido de unas dos horas en coche.

La combinación de bellezas naturales, patrimonio histórico y riqueza cultural convierte a El Grado en un destino imperdible para quienes buscan explorar las maravillas de Huesca y descubrir los tesoros ocultos de Aragón.