España cuenta con numerosos lugares encantadores que cautivan tanto a los lugareños como a los visitantes con sus historias y peculiaridades. En uno de estos lugares únicos, se encuentra un fenómeno natural en constante movimiento que no tiene parangón en el continente: la singular cascada que desemboca en el océano, siendo la única de su tipo entre los 50 países europeos.

Con una caída de 40 metros y el estruendo del agua al chocar contra el cañón, la asombrosa Fervenza do Ézaro es un rincón excepcional ubicado en la Costa da Morte, que encuentra su desembocadura en la localidad de Dumbría, en la provincia de La Coruña.

Esta cascada se alimenta del caudal del río Xallas, que atraviesa cuatro presas antes de su desembocadura, donde se pueden encontrar desde centrales hidroeléctricas hasta áreas de recreación, que añaden a su pintoresco entorno situado a 440 metros de altitud.

El punto final de este viaje es la cascada de Ézaro, ubicada en un pintoresco pueblo homónimo de 600 habitantes, que ha visto incrementar su turismo desde que este asombroso lugar se dio a conocer en toda España. Para apreciar la vista de la Fervenza do Ézaro, se debe caminar por una pasarela de madera, aunque también es posible ascender al Mirador do Ézaro, una subida empinada pero gratificante, que forma parte del recorrido de la vuelta ciclista, debido a la panorámica única. que ofrece, incomparable en todo el continente.

Desde entonces, este lugar se ha convertido en una atracción turística que atrae cada año a cientos de amantes de la naturaleza salvaje. Su característica más distintiva, el hecho de desembocar directamente en el océano Atlántico, lo ha hecho merecedor del sobrenombre de «Niágara español».

En realidad, existen registros documentados que datan de 1724 que mencionan esta cascada como una gran humareda visible desde el mar. Aunque en los años ochenta se erigió una presa que hizo desaparecer la cascada y provocó la muerte de miles de peces, hace 12 años, gracias a la presión de la sociedad, se implementó un caudal mínimo ecológico que permitió su recuperación.

La mejor temporada para apreciar esta maravilla natural es el invierno, después de fuertes lluvias, cuando el caudal del río aumenta, intensificando la cascada y su majestuosidad vertical. Este entorno impresiona a los visitantes tanto por su aspecto como por sus particularidades. La cascada de Ézaro ha inspirado a poetas como Manuel Murguía, quienes intentaron plasmar con palabras el hermoso espectáculo que se puede contemplar en las costas gallegas del Atlántico.