En medio de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, surge un interrogante sobre la veracidad de las estadísticas oficiales que muestran una reducción del déficit comercial tras la imposición de aranceles. Expertos alertan sobre un gran desacoplamiento estadístico que podría tener implicaciones significativas.

LOS DATOS DE CHINA

Según datos del Departamento de Comercio de EE. UU., las importaciones chinas se redujeron a 427 mil millones de dólares en 2023, mientras que China sostiene que exportó más de 500 mil millones. Una brecha de más de 80 mil millones de dólares que plantea dudas sobre la precisión de las cifras.

Este desfase ha llevado a proclamar a México como el principal proveedor de bienes para EE. UU. en lugar de China. Sin embargo, economistas señalan que las importaciones de China podrían estar subestimándose, lo que podría tener consecuencias en la percepción de la deflación china a nivel global.

El misterio detrás de estas cifras se desentraña al examinar prácticas como las ‘minimis’. Empresas chinas han aprovechado una laguna legal que permite la entrada de paquetes de menos de 800 dólares, libres de impuestos y sin registro aduanero. Este vacío legal facilita que bienes chinos, incluyendo aquellos fabricados con trabajo forzoso en Sinkiang, entren en EE. UU. sin ser contabilizados.

El economista Amit Khandelwal revela que la cantidad de paquetes bajo esta excepción se ha triplicado desde 2017, planteando preocupaciones sobre la entrada de productos que no cumplen con los estándares laborales. La situación en Sinkiang, donde la minoría uigur enfrenta la pérdida de su región ante la llegada masiva de la etnia Han, agrega un componente ético a este debate comercial.

IMPLICACIONES NEGATIVAS

A pesar de las posibles implicaciones negativas, algunos expertos sugieren que si EE. UU. aborda las ‘minimis’, China buscará nuevas formas de eludir aranceles. La complejidad de estas prácticas destaca la necesidad de una revisión a fondo de los métodos de contabilización.