El Congreso acelerará la implementación de lenguas cooficiales, incluyendo catalán, gallego y euskera, en plenos y comisiones una semana antes de lo programado. La mesa firmó este acuerdo, que también abarca lenguas no cooficiales como el bable o el aragonés. Para estas últimas, los diputados deberán autotraducir sus intervenciones al castellano. A pesar de la oposición del PP, la mayoría del PSOE y Sumar aseguró la aprobación.

Se busca que la reforma del Reglamento esté vigente para la investidura de Alberto Núñez Feijóo el 26 de septiembre. El proceso se agilizará con una propuesta de reforma que se debatirá y aprobará rápidamente. Se contratarán intérpretes para garantizar la traducción simultánea de las lenguas cooficiales, utilizando pinganillos ya disponibles.

Además, el aragonés se convertirá en una lengua permitida en el Congreso durante esta legislatura, con un servicio de traducción para las lenguas cooficiales y autotraducción para las demás. La propuesta fue aprobada en la Mesa y se debatirá en pleno la próxima semana, asegurando el derecho a hablar y entender en todas las lenguas del país.

Se implementará una solución provisional mediante una empresa de traducción del Senado y se desarrollará un sistema propio a largo plazo. Para las lenguas no oficiales como el aragonés, se permitirá su uso con la condición de que los diputados dediquen parte de su tiempo a traducir sus palabras.