El colesterol, una sustancia cerosa presente en todas las células del cuerpo, es esencial para la producción de hormonas, vitamina D y enzimas que facilitan la digestión. Aunque el organismo lo sintetiza, también se encuentra en alimentos de origen animal.

Cuando los niveles de colesterol están altos, se incrementa el riesgo de enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón. Por lo tanto, constituye un factor claro de problemas cardíacos que, si no se controla, pueden ser mortales para el paciente.

La causa principal del colesterol alto suele ser un estilo de vida poco saludable, que incluye una dieta rica en grasas saturadas y trans, alimentos procesados y fritos, falta de ejercicio y tabaquismo.

Normalmente, esta condición no presenta síntomas, lo que dificulta detectar su impacto en la salud. Por eso, los expertos recomiendan realizar análisis de sangre para medir los niveles de colesterol.

Los jóvenes deberían someterse a estas pruebas cada cinco años, mientras que los adultos de 45 a 65 años deben hacerlo cada uno o dos años.

Es importante tener en cuenta que los resultados muestran el colesterol total, que incluye tanto el LDL (colesterol «malo») como el HDL (colesterol «bueno»). El nivel normal generalmente oscila entre 125 y 200 mg/dL, pero el LDL saludable debe ser inferior a 100 mg/dL. Esto significa que cuando se habla de hipercolesterolemia, se refiere a un aumento del colesterol «malo».

Debido a la falta de síntomas específicos durante su desarrollo, la Fundación Británica del Corazón destaca la importancia de revisar las manos y los pies para detectar posibles desequilibrios en los valores de colesterol.

COMPLICACIONES DEL COLESTEROL

Según un artículo publicado en The Mirror, la acumulación de grasa en las arterias puede causar problemas circulatorios y reducir el flujo sanguíneo en las extremidades, lo que hace crucial prestar atención a signos como uñas quebradizas o de crecimiento lento, indicativos de colesterol alto.

La entidad también advierte que estos síntomas pueden ser resultado de una «isquemia crítica de las extremidades«, una condición que puede llevar a complicaciones graves, como la pérdida de la extremidad afectada, requiriendo atención médica urgente.

Entumecimiento, cambios en el color de la piel, debilidad en las piernas y úlceras que no sanan pueden también ser señales de esta afección, por lo que se debe buscar atención médica inmediata.

En cuanto a las manos, la acumulación de grasa bajo la piel puede causar lesiones en los nudillos de los dedos, conocidas como xantoma tendinoso, que presentan un aspecto suave y un color similar al de la epidermis.

Es importante destacar que esta enfermedad está relacionada con la hipercolesterolemia familiar, un trastorno genético que eleva los niveles de colesterol, pero también puede manifestarse en condiciones como la xantomatosis cerebrotendinosa y la sitosterolemia.

Por lo tanto, ante la presencia de estos signos físicos en manos y pies, es recomendable acudir a un profesional de la salud para realizar los exámenes pertinentes y controlar los niveles de esta sustancia, ya sea para prevenir o tratar la enfermedad.