Ansó, un encantador pueblo que forma parte de la asociación «Los Pueblos Más Bonitos de España», cautiva a los visitantes con sus calles de piedra y majestuosas casonas señoriales. Este rincón del Pirineo aragonés ofrece una experiencia tranquila donde se pueden admirar no solo las bien conservadas casas, sino también monumentos de gran valor.

La iglesia parroquial de San Pedro, con su imponente retablo barroco, encabeza la lista de lugares destacados en Ansó. Asimismo, el Museo del Traje Típico Ansotano añade un toque de color al traje de baturro con basquiñas y adornos vibrantes en trajes y pañuelos.

El Museo Etnográfico en la Casa Morené proporciona una visión fascinante de la vida en el valle de Ansó, preservando la historia de la familia que le dio nombre. A pocos kilómetros de Ansó, el paisaje impresionante lleva a Hecho, otro tesoro del Pirineo aragonés.

En Hecho, la piedra es protagonista y las tradiciones perduran, incluido el dialecto cheso, una variante del aragonés. Las características chimeneas del pueblo, estratégicamente construidas para evitar la entrada de brujas, son emblemáticas. Hecho alberga incluso un Museo de Arte Contemporáneo con exposiciones permanentes de esculturas al aire libre.

Cerca de Hecho se encuentra Siresa, donde se especula que existió el Monasterio de Siresa, considerado el primer monasterio de Aragón. Data del año 833 y, según la leyenda, custodió el Santo Grial.

Los valles aragoneses ofrecen paisajes impresionantes, destacando el Parque Natural de los Valles Occidentales y la Selva de Oza. Aguas Tuertas sorprende con el meandro del río Aragón Subordán, mientras que la subida al Ibón Acherito y la ruta de una antigua calzada romana ofrecen experiencias inolvidables.

Desde Ansó, los entornos naturales de Zuriza y Linza, con extensos bosques de hayas, son destinos ideales. Además, en invierno, disfrutar de estos paisajes con raquetas o practicar esquí de fondo en el Espacio Nórdico de Linza son actividades imperdibles.