927 aeronaves registradas en 2023, más de 6.000 horas de vuelo o 8.000 pernoctaciones. Estos son algunos de los datos que arrojan los aeródromos de Aínsa-Coscujuela, en el Sobrarbe o el de Santa Cilia, en Jacetania. Centros de vuelos con un crecimiento exponencial año tras año que contrasta con el cada vez mayor declive del aeropuerto de la capital, Huesca-Pirineos.

El aeródromo de Aínsa-Coscujuela de Sobrarbe ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, convirtiéndose en una infraestructura estratégica para la dinamización del turismo en la comarca. Con un total de 927 aeronaves registradas en el año 2023, este aeródromo se consolida como un punto de referencia tanto para pilotos locales como internacionales.

Rafael García, gerente de la escuela Girolibre, destaca el atractivo del aeródromo y su impacto en el turismo local: «Siempre decimos que tenemos uno de los aeródromos más bonitos del mundo, y quienes llegan hasta aquí nos lo confirman». Con un tercio de los visitantes internacionales procedentes de diferentes países europeos, el aeródromo de Coscujuela es un punto de entrada al turismo del Sobrarbe, contribuyendo a la desestacionalización y enriquecimiento de la oferta turística de la región.

Este aeródromo se hizo hace 30 años como aeródromo forestal, aunque posteriormente quedó en desuso. Se trataba de un espacio propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro que posteriormente cedió al ayuntamiento de Aínsa. Ahora es la escuela Girolibre la que gestiona las instalaciones, una escuela que también trabajó en el aeropuerto de la capital oscense pero que decidió trasladar su actividad al Sobrarbe.

Desde entonces, Aínsa-Coscujuela ha crecido el número de hangares, hasta cuatro en la actualidad, y también cuenta con una escuela de vuelo, registrando temporada tras temporada un incremento notable en el número de personas interesadas en volar. Además, un tercio de los pilotos y acompañantes se han alojado en algún establecimiento de la zona y han utilizado los servicios de transporte o restauración durante su estancia, contribuyendo a la desestacionalización del turismo y aportando otra vía de entrada de viajeros a la comarca de Sobrarbe.

SANTA CILIA, UN OASIS PARA EL VUELO SIN MOTOR

Por otro lado, el aeródromo de Santa Cilia, propiedad del Gobierno de Aragón, se ha convertido en un enclave privilegiado para la práctica del vuelo sin motor. Desde su privatización y gestión por parte de Flypir, este aeródromo ha experimentado una notable evolución, atrayendo a pilotos de vuelo de toda Europa.

Luis Ferreira, representante de Flypir, destaca la importancia del aeródromo como centro de formación y atracción turística: «Somos escuela de formación de pilotos de planeador y avión, ofreciendo campamentos de formación para jóvenes y paseos turísticos en avioneta». Con aproximadamente 6.000 horas de vuelo al año y unas 8.000 pernoctaciones generadas, Santa Cilia se consolida como un destino de referencia para los amantes del vuelo y el turismo de experiencias.

La actividad de vuelo sin motor se practicaba en el aeropuerto de Huesca desde el año 1.931. De hecho, es el origen del aeropuerto de Huesca. Sin embargo, la llegada de posibles vuelos comerciales en el año 2013 a la capital hizo que fueran incompatibles los dos tipos de vuelos, deportivos y turísticos, por lo que la actividad tuvo que trasladarse a Santa Cilia.

Desde entonces, el aeródromo ha evolucionado de ser un club deportivo sin ánimo de lucro a convertirse en una estructura que genera visitas de todos los países europeos, Estados Unidos y hasta Corea.

Tal y como hacen sus colegas del Sobrarbe, aquí también son escuela de formación de pilotos de planeador y avión. Además, disponen de campamentos de formación de jóvenes pilotos partir de 14 años.  

HUESCA-PIRINEOS: UN DESAFÍO POR DELANTE

Mientras tanto, el Aeropuerto de Huesca-Pirineos se enfrenta a un desafío en su intento por encontrar su lugar en el panorama aeronáutico. Con cifras de pasajeros significativamente bajas, incluso en comparación con años anteriores, el aeropuerto busca revitalizarse bajo el liderazgo del nuevo director, Borja García.

A pesar de los obstáculos, tanto el Gobierno aragonés como el ayuntamiento de Huesca han mostrado su compromiso en apoyar la revitalización del aeropuerto, reconociendo su importancia estratégica para la provincia. En una entrevista concedida a Hoy Aragón, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna afirmaba que «tengo pendiente una conversación con el director general de transporte».

Por el momento es el reto que tiene el ayuntamiento de Huesca, y convertirlo en una escuela de pilotos podría ser una de las soluciones.