Laura Ventura es vecina de Bierge y gerente de una empresa de guías en la comarca de Somontano y presidenta de la Asociación de Empresarios de la Sierra de Guara. Pero en esta ocasión no hablamos con ella por sus grandes logros profesionales, si no por los personales.

Desde hace seis años, Laura Ventura se apuntó al sistema de acogida de menores de Aragón, y desde entonces ha podido dar amor a cuatro bebés. Unos niños que más tarde vuelven pueden volver con sus familias biológicas, con otras familias extensas, ser dados en adopción o ingresar en centros residenciales. Accede a dar esta entrevista para ayudar a dar a conocer este sistema. Y sobre todo lo beneficioso que es para estos menores pasar un tiempo en un municipio rural.

PREGUNTA. ¿Cuándo y por qué decidiste apuntarte a este sistema?

RESPUESTA. Yo soy educadora social de profesión y la figura de protección de acogimiento la conocía de hace muchos años. Y así, conforme me hago mayor, considero una posible vía de maternidad y de voluntarismo el prestar ese servicio. Leí una noticia en un periódico y a partir de ahí me interesé en ADAFA – Asociación de Acogimientos Familiares de Aragón. Hasta que empecé el proceso en 2016 y pasé todas las fases.

¿Y cuándo empezaste con el primer niño y que significó para ti?

Soy acogedora por primera vez en el 2018. Y ese primer niño significó para mí las primeras veces de todo. Era un bebé de semanas, recién operado, y estuvo conmigo un año.

¿Cómo fueron esos primeros días con el bebe?

Para empezar, aquí no hay un proceso de 9 meses de embarazo y no hay mucho tiempo para organizarte, tienes que tener una capacidad más rápida. Pero yo decidí hacer porteo y eso es algo que me facilitó bastante las cosas para el acoplamiento con él.

¿Y cómo es el momento en el que tienes que despedirte de el?

Me despedí de el cuatro porque parecía que se iba y al final no se iba, así que pude ensayar la despedida varias veces. Y en ese momento todo son las últimas veces. Sí hay un duelo y hay un vacío. Acondicionas toda la casa y luego se va. Pero también es verdad que hacemos un libro de vida, de la suya y de la mía. Y esa parte es muy bonita para el bebé se lleva de por vida. Además, con el tiempo aprendes que es importante su despedida. Y ante esa transición tú eres la única persona que puede luchar por él y ser su voz ya que la familia biológica ya no puede opinar frente a la administración.

Lo que está claro es que la experiencia te gustó para repetir….     

Por supuesto. Es un actor de amor puro donde tú das pero también recibes mucho. Y no sólo del bebé, también de muchos desconocidos, de gente que sabe lo haces y se ofrecen a ayudarte. Un sentimiento muy comunitario, y muy familiar. Un acto generoso que se multiplica y multiplica el amor. Desde entonces he tenido 4 bebés, contando con la pequeña que ahora me acompaña.

¿Cuánto tiempo más te planteas en continuar?

No es algo que lo pienses. Tú puedes darte de alta y baja de la bolsa cuando quieras. Y puedes cambiar de edad, coger hermanos, niños más mayores, con necesidades especiales… Por el momento voy a continuar con éste último acogimiento y luego ya veremos.

¿Qué tipo de problemas suelen ser los más comunes para que estos menores acaben con familias de acogida?

El acogimiento es una medida de protección del menor, y cuando se detecta que puede haber cualquier tipo de prejuicio al menor o denuncia se inicia el procedimiento. A veces es una medida preventiva y a veces cautelar. Desde personas que no tienen familia y necesitan estar en el hospital sin un apoyo hasta situaciones más complejas. Normalmente son familias que sí quieren a sus hijos, aunque también hay casos de renuncia del menor por el motivo que sea.

¿Qué mensaje darías a las familias para que conocieran y se plantearan participar en el programa?

Lo importante es ver que estos niños no han elegido esta situación. Todo es fruto de un mundo de adultos. A día de hoy, por ley los menores de 6 años no deberían estar en centros residenciales y a día de hoy sólo lo cumple Aragón y Cantabria. La realidad: la cifra no deja de aumentar. Actualmente hay 1068 menores en centros y 557 son bebés. Y esos niños no han elegido vivir en un centro. Al menos, podemos darles una familia durante el tiempo que dura la acogida. Es poder reparar una sociedad, dar un futuro.

¿Qué tipos de acogida existen?

No hace falta dar una vida entera a un acogimiento. Puede ser un año, un fin de semana o simplemente llevártelo de vacaciones. Es solo probarlo y ver. Los acogidos suelen agradecer mucho haber sido acogidos. Lo que para ti es un año, para ellos vale un imperio. Que un niño pueda vivir con una familia unas vacaciones le puede dar un nuevo modelo familiar que en el futuro recuerde. Un reto que ese niño no va a olvidar nunca.