La autovía A-23, conocida como la Autovía Mudéjar, que conecta el Pirineo aragonés con Zaragoza, y por tanto con Valencia, Madrid y otras grandes ciudades, ha vuelto a ser escenario de un corte de tráfico en los túneles del puerto de Monrepós debido a una intensa granizada. Pero esto no es nuevo, ni mucho menos.

Este embudo generado por un eventual temporal pasó también 48 horas antes por otra granizada y, además, sucede cada dos por tres cuando hay una alto flujo de vehículos. Ya sea un fin de semana de temporada alta de esquí o en días festivos como el puente de la Constitución o en Navidad.

Este es el segundo corte total en menos de 24 horas en el puerto de Monrepós, un tramo crucial para la movilidad entre Huesca y Sabiñánigo, y que ya ha sido reabierto después de aproximadamente dos horas de interrupción del tráfico.

El suceso tuvo lugar a las 16:30 horas, cuando la circulación fue interrumpida en ambos sentidos de la A-23, específicamente entre los kilómetros 379 y 384, en el término municipal de Arguis. Poco después de una hora, se logró restablecer parcialmente el tráfico en dirección Sabiñánigo-Jaca, y finalmente, a las 18:30 horas, se pudo reabrir por completo Monrepós.

EL ‘EMBUDO’ DE MONREPÓS

Los conductores que transitaban por la zona fueron sorprendidos por una repentina granizada en el alto de Monrepós, lo que motivó el cierre de los túneles de esta sección de la autovía, como medida de precaución por parte del gobierno de Aragón.

El tramo de la A-23 que atraviesa Sabiñánigo y Monrepós se ha convertido en un punto crítico de congestión, especialmente durante los fines de semana y periodos vacacionales. La intersección en Sabiñánigo, por ejemplo, es un punto de encuentro de los valles del Aragón y del Tena y es conocida por sus prolongados atascos, que se ven agravados en los túneles de Monrepós por condiciones climáticas adversas.

Actualmente, y tras años de obras para su ejecución, esta autovía cuenta con siete túneles modernos sumando un total de 8.312 metros de longitud desde Sabiñanigo al inicio del puerto a pocos kilómetros del municipio de Huesca.

Este conjunto de infraestructuras, que incluye también más de veinte viaductos y aleros de protección, es uno de los más relevantes en España, destacando por su complejidad en su construcción pero, a tenor de lo que ocurre con el tráfico rodado, tiene también puntos de mejora.

En este sentido, el Gobierno ha autorizado la licitación por 98 millones de euros de la construcción del tramo Lanave-Sabiñanigo Sur, el último que quedaba pendiente para terminar la A-23. Se evitará así el cuello de botella existente en la carretera N-330, que implica retenciones de tráfico en temporada de esquí, en verano y festivos. Aunque no es todo el tramo que suele ser susceptible de atasco, es una decisión que dará alivio a los conductores.

Según ha anunciado el Ministerio de Transportes, se trata de 8,5 km de autovía que, junto al tramo Sabiñánigo Este-Sabiñánigo Oeste, actualmente en obras, supondrán la conexión directa por autovía entre Sagunto (Valencia) y Jaca.