En un esfuerzo por preservar y revitalizar el aragonés, idioma minoritario hablado en Aragón, se ha observado un resurgimiento en la enseñanza y difusión de esta lengua a lo largo de la última década. Aunque las estadísticas indican que solo alrededor del 5% de la población aragonesa habla o entiende el aragonés, el interés y la conciencia sobre la importancia cultural de este idioma han ido en aumento.

Según el Seminario Aragonés de Sociolingüística, hace diez años, aproximadamente 25.000 personas hablaban aragonés, con otras 30.000 capaces de entenderlo. Sin embargo, la amenaza de extinción llevó al Atlas Interactivo UNESCO de las Lenguas a clasificar al aragonés como una lengua en peligro.

Estas son algunas expresiones aragonesas que reflejan la riqueza lingüística de la región.

«Iros todos a muyir fardachos»: Una expresión de gran empaque que, aunque suene fuerte, no lleva acritud. La combinación de «muyir» (ordeñar) y «fardacho» (lagarto) crea una expresión peculiar y sonora.

«Esbarizaculos»: Fusionando «culo» con «esbarizar» (deslizarse), esta expresión aragonesa ofrece un divertido sinónimo para «tobogán».

«Vamos a ir china chana, pero dingolondango»: Combinación de «china chana» (poco a poco) con «dingolondango» (sin prisa pero sin pausa), esta expresión refleja la necesidad de paciencia.

«Me hicieron la trabanqueta y me di un lambrazo»: Términos que se podrían usar en un partido de fútbol, donde «trabanqueta» significa hacer la zancadilla y «lambrazo» es un golpe.

«Mira que eres pajariquero, samarugo y matután… y un poco sanselo»: Una serie de términos que pueden usarse para describir a alguien como iluso («pajariquero»), sin sustancia («samarugo»), rudo («matután») o soso («sanselo»).

«Me ferba duelo que te’n ises»: Una expresión melancólica que significa «sentiría que te fueras».

«Amanexió un diya bien emboirato»: Una frase para comentar sobre el estado del tiempo, indicando que el día amaneció con nubes y luego se despejó.

«Co!, te estás chipiando, ¿no quieres un bateaguas?»: Usando «co» para referirse rápidamente al prójimo, «chipiarse» para empaparse y «bateaguas» como otra palabra para paraguas.

«Cateto, ababol»: Un juego de palabras que, aunque parezca una redundancia, combina «cateto» (persona simple) con «ababol» (amapola).

«Así es nuestro charrar»: Una afirmación que destaca la singularidad y riqueza del habla aragonesa, recordando que, aunque a veces charlen en «berza» (sin sentido), es parte integral de la cultura regional.