El Gobierno adjudicó recientemente 66,3 millones de euros a Stellantis a través del Perte VEC 2 para proyectos de modernización y electrificación de la producción en España. De esta suma, 55,9 millones estaban destinados a la construcción de una planta de baterías en Zaragoza. Sin embargo, Stellantis considera esta cantidad insuficiente y espera recibir hasta 200 millones de euros.

La disputa por la ubicación de la planta de baterías se resolvió a favor de Zaragoza, principalmente debido a la decisión de producir el Peugeot E-208 en Figueruelas. Sin embargo, Stellantis advierte que abandonará el proyecto si no recibe el apoyo financiero adecuado del Gobierno español.

Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha dejado claro que la inversión total para la planta de baterías alcanzaría los 4.000 millones de euros y respaldaría la fabricación de una nueva gama de vehículos en España. La presión de Tavares para obtener más ayuda no es nueva, y ha sido una estrategia utilizada previamente en otros países.

En España, el Grupo Volkswagen también cuestionó la construcción de su planta en Sagunto debido a la cantidad de ayuda financiera. Aunque inicialmente solicitaban 800 millones de euros, finalmente aceptaron 362 millones de euros. Tavares también ha expresado su intención de reducir costos y ha trasladado la producción de algunos modelos eléctricos a países fuera de Europa debido a los altos costos laborales en Occidente.

A pesar de las tácticas agresivas de Tavares, Stellantis ha logrado márgenes operativos netos superiores al 14%, lo que ha generado atención en la industria en medio de la transición hacia los vehículos eléctricos.