El Museo de Zaragoza, ubicado en la plaza de Los Sitios, va a permanecer cerrado aproximadamente dos años para acometer una amplia reforma con mejoras en accesibilidad e iluminación, así como la renovación de la cubierta, aunque con carácter previo es necesario inventariar y catalogar la colección. Una inversión prevista de 3,6 millones de euros.

El director del Museo de Zaragoza, Isidro Aguilera, ha detallado, que la tercera y última planta se va a derribar por completo, de manera que el suelo de la misma será el techo de la segunda planta. Este hecho hace que las pinturas deban trasladarse a otros emplazamientos que ha preferido no desvelar todavía, «porque no podemos arriesgarlas si se presenta un invierno crudo o una primavera muy lluviosa».

Por su parte, el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Pedro Olloqui, ha insistido en que el cierre de las instalaciones representa «una oportunidad para mejorar nuestras infraestructuras museísticas».

Además, ha garantizado que habrá «plena colaboración» con el Ministerio, pero también con «máxima exigencia en el cumplimiento de los plazos previstos» para los trabajos.

En concreto, la duración prevista de la actuación es de 18 meses, pero el cierre se prolongará durante dos años, dado que es necesario realizar trabajos previos para la conservación de la colección del museo mientras duren las obras, y también será necesario un tiempo posterior para reacomodar las obras, revisar el discurso expositivo y montar la exposición.

El Ministerio de Cultura es el encargado de financiar la actuación, puesto que el Museo de Zaragoza es de titularidad estatal, aunque de gestión autonómica, lo que significa que el procedimiento a seguir para proteger las piezas expuestas es fruto del consenso entre instituciones.

«Cerrar al público es la mejor solución para no poner en peligro a los posibles visitantes ni a las obras de arte. Sabemos que es mucho tiempo, pero es necesario para dar solución a las carencias milenarias«, ha comentado el director del Museo de Zaragoza, quien ha apostillado que uno de los propósitos es actualizar las instalaciones, cuya última intervención se remonta a 1974.

Una de las intervenciones más relevantes será en la biblioteca del Museo de Zaragoza, «una joya desconocida» y que está en unas condiciones «muy apuradas». Por tanto, se trata de «dignificar» espacios a los que pueden acceder todos los ciudadanos y así «ampliar y revivificar» la vida del centro.

«Estamos trabajando en varios escenarios que permitan mejorar, más aún si cabe, la presentación y visibilidad de la colección Goya del Gobierno de Aragón«, en el marco también de los actos del bicentenario del fallecimiento del pintor, para los que ya se está trabajando en un plan director.