El Real Zaragoza se ha visto finalmente obligado a desistir de presentar oferta al concurso convocado por el Ayuntamiento de la ciudad para construir y financiar el nuevo estadio de fútbol a cambio de su gestión y explotación.

Eso sí, nada está perdido ni la renuncia es completa al proyecto. Fuentes de la propiedad del Real Zaragoza cuentan a HOY ARAGÓN que «se sigue al 100% con la construcción del nuevo estadio y que nada ha cambiado en nuestro interés por hacer un estadio competitivo».

Eso sí, aseguran, «vamos a dejar que el Ayuntamiento y las instituciones que quieran presenten otras vías o posibilidades». La cuestión es que el procedimiento jurídico actual, debido al recurso judicial, lastra cualquier opción por lograr financiación de fondos o bancos. «Es inasumible que presten en torno a 140 millones de euros por la inseguridad jurídica que existe. Es razonable que así sea«, detallan.

Estas fuentes de la máxima solvencia también aseguran que «hemos puesto todo de nuestra parte desde el minuto uno y seguimos trabajando en el proyecto básico y de ejecución. Ahora bien, no podemos hacer nosotros todo». Según los plazos que aún siguen vigentes, todo apunta a que hay un límite de 9 meses para solucionar el momento crítico que vive la Nueva Romareda.

Por parte del Real Zaragoza, y de los inversores encabezados por Jorge Mas, el club sigue trabajando con IDOM -el estudio encargado del diseño- en hacer un proyecto básico y y otro proyecto ejecutivo en los próximos meses. Eso sí, entorno a julio de 2024 se tienen que empezar las obras. Este límite es inexcusable para llegar a tiempo a los plazos que marca el Ayuntamiento y la FIFA para ser subsede del Mundial 2030.

Respecto a la fórmula financiera todo está abierto. El Ayuntamiento de Zaragoza no descarta ejercer como avalista de la operación, pese al potencial daño a las arcas públicas. E incluso se abre la opción de una sociedad mixta y participada entre varias instituciones, como el Ayuntamiento de Zaragoza, el Gobierno aragonés de Jorge Azcón y otras entidades, desde financieras a públicas. La situación está tan abierta como desde el principio del proyecto, salvo que existe un compromiso del club y que ya hay un proyecto básico. Es un punto importante pero todo por construir todavía desde el punto de vista jurídico y financiero.

La propiedad del Real Zaragoza no descarta, según detallan las fuentes consultadas, en financiar en hasta un 40% el nuevo estadio de La Romareda. El resto debería ser con participación pública o privada en la citada sociedad mixta con más participantes. La renuncia parcial por falta de financiación, debido a la situación judicializada por Podemos hace meses, es un jarro de agua fría para la ciudad y para el equipo municipal de Natalia Chueca, que ya impulsó el estadio con Jorge Azcón como alcalde.

Ni siquiera las medidas cautelares adoptadas después por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que avalaban el procedimiento en los términos iniciales, han permitido salvar este escollo.