El hecho de que Aragón sea un centro de primer orden en la industria de la automoción no se mide solo por el número de compañías del sector que operan en el territorio y su volumen de negocio. Asimismo, es necesario un tejido que también incluya centros de investigación relevantes, que provean de know how e I+D, con el fin de que el territorio sea una referencia tanto nacional como internacional.

En ese sentido, en la localidad de Pedrola, en pleno epicentro de la automoción en la Comunidad, se ubica el Instituto de Investigación sobre Vehículos Zaragoza Centro, una entidad conformada por un total de 19 aseguradoras que cubren el 65% de los vehículos matriculados en España y el 35% de Portugal.

Hay poco más de 20 centros de este tipo en todo el mundo y, además, el de Zaragoza, fundado en 1989, tiene una particularidad que lo hace único: está autofinanciado al 100%, sin que los socios deban aportar ni un sólo euro para mantener su actividad de investigación e ingeniería.

Para hablar sobre su labor, así como sobre el desarrollo de las nuevas tecnologías tales como la electromovilidad o las cada vez más avanzadas ayudas a la conducción ha visitado la redacción de HOY ARAGÓN el director de Relaciones Institucionales de Zaragoza Centro, Mariano Bistuer.

La entidad cuenta con cuatro grandes objetivos, siendo el primero de ellos la «gestión de los daños materiales», explica Bistuer. En sus instalaciones, determinan los procesos de repación de vehículos más correctos, siempre prevaleciendo la seguridad. Esta información se proporciona a las aseguradoras, así como a las empresas y organismos relacionados: talleres, peritos, fabricantes de recambios, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, etc.

Por su parte, colaboran con los fabricantes para que los daños personales derivados de accidentes sean los mínimos posibles, trabajan en la seguridad vial e investigan nuevas tecnologías del automóvil desde el punto de vista de la reparabilidad y la postventa.

En las instalaciones de Pedrola se realizan infinidad de pruebas / Centro Zaragoza

Como puede imaginarse, en sus instalaciones, que ocupan 16.000 metros cuadrados, se realizan infinidad de pruebas a los vehículos. «Hemos realizado 2.600 investigaciones de accidentes de tráfico desde 1992» y, actualmente, «más de 150 al año», detalla el directivo.

Asimismo, analizan la intensidad de las colisiones, habiendo realizado unos 55.000 informes desde 2014, 7.300 sólo en 2022. En este ámbito, son capaces de determinar si pueden o no existir daños personales en accidentes a muy baja velocidad, con sistemas predictivos de, por ejemplo, el riesgo de lesión cervical.

Todas estas cuestiones cuentan ahora con un factor añadido: el gran cambio que está experimentando la industria del automóvil. Para Bistuer, «estamos viviendo un momento apasionante y los coches del futuro ya están en nuestras manos». Ayundas a la conducción que hace 20 años hubieran sido impensables, ahora están disponibles hasta para los modelos utilitarios: sistema de cambio involuntario de carril, control de velocidad, aparcamiento automático…

Actualmente, Zaragoza Centro tiene una investigación en curso respecto a los sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS), en el que se analiza su influencia en la reducción de siniestralidad y su influencia en el proceso de reparación.

Otro gran área es la investigación de vehículos híbridos y eléctricos, para determinar su correcta manipulación en los diiferentes procesos de reparación, así como los métodos de extinción eficaces. «Las baterías eléctricas suelen estar debajo del vehículo, y si están dañadas, se puede provocar un incendio», explica Bistuer, si bien recalca que son casos muy aislados.

No obstante, esto es algo que hay que tener en cuenta en aquellos ámbitos donde existe una gran concentración de vehículos, por ejemplo en las campas de fabricantes o concesionarios, dado que un incendio de este tipo puede necesitar «hasta tres camiones de bomberos para pararlos». Por ello, desde Centro Zaragoza distribuyen un modelo de lona para cubrir los vehículos y evitar este tipo de siniestros.

VEHÍCULOS AUTÓNOMOS

El desarrollo del coche autónomo «es más una cuestión económica que técnica», asegura el directivo. La tecnología existe y evoluciona muy rápido, pero los costes están ralentizando su llegada al mercado, por lo que, en su opinión, serán cada vez más frecuentes fórmulas alternativas a la compra del vehículo, como por ejemplo el renting.

Por otra parte, si bien el vehículo autónomo «ya está inventado», hay un factor por determinar: «La cuestión es que va a circular junto a personas, porque si todos los vehículos fueran autónomos probablemente sería más sencillo», opina. El principal problema es que los seres humanos somos imprevisibles y hay que adaptar la tecnología para que pueda reaccionar en cualquier situación, incluso en la más imprevista.

«Los sistemas ya determinan, por ejemplo, si un elemento es una persona adulta, un niño o un perro», explica. Por otra parte, el vehículo autónomo añade nuevas disyuntivas en materia legal y para las propias aseguradoras. Bistuer lo plantea de forma gráfica: «Si dos vehículos autónomos tienen una colisión, ¿quién es el responsable?».

Mariano Bistuer, en la sede de HOY ARAGÓN / HA

Podría pensarse que es la propia marca que vende el vehículo, pero las piezas pueden estar fabricadas por un tercero. «En estas cuestiones es en las que ahora se está trabajando», detalla.

CERTIFICACIÓN DE PRODUCTOS

Una de las grandes diferencias, quizá la mayor, de Zaragoza Centro respecto a otros institutos de investigación es, como se ha indicado, que es capaz de autofinanciarse. Lo logran gracias a un área de Ingeniería donde se desarrollan productos y servicios para la gestón de daños materiales.

Entre ellos, «certificamos la calidad de piezas alternativas a las que monta originalmente un vehículo al salir de fábrica», indica el directivo. En este ámbito, «somos el único centro en el mundo que certificamos el recambio de carrocería que no procede del ensamblador«. Para ello, someten a los recambios a una infinidad de pruebas de impacto, temperatura, etc., con el fin de determinar que tienen, al menos, la misma calidad que la del constructor.

Los servicios no acaban ahí: formación de personal, certificación de calidad de talleres, asesoramiento y consultoría, enlace con UNESPA y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para esclarecer casos de vehículos robados… y todo ello desde Pedrola. «Aragón es uno de los puntos top de Europa en automoción, por eso nos vienen proyectos continuados relacionados con el automóvil», destaca el director de Relaciones Institucionales de Zaragoza Centro.