El desarrollo de la industria de la automoción, concentrada principalmente en el corredor del Ebro, así como otros puntos de la Comunidad, ha sido clave para la vertebración del territorio. Si bien la potencia industrial de Aragón se concentra principalmente en Zaragoza, a día de hoy no se puede entender el conjunto de la región sin puntos estratégicos más allá de la capital, y el más importante es el entorno de las localidades de Figueruelas y Pedrola, donde las empresas auxiliares se han multiplicado desde la apertura de la planta de General Motors, hoy Stellantis.

Los números lo corroboran: en la Comunidad operan en torno a 200 empresas del sector, que facturan conjuntamente unos 11.000 millones de euros anuales. Estas compañías dan empleo a unos 26.000 trabajadores, lo que atestigua su peso en el PIB de la Comunidad, que en ocasiones se ha estimado en torno al 6% pero, según la propia industria, probablemente sea mayor.

El punto neurálgico de toda esta industria, como se ha indicado, es el eje Figueruelas – Pedrola, en torno a la planta del Grupo Stellantis. No obstante, como explica el presidente del Clúster de Automoción y Movilidad de Aragón (CAAR), Benito Tesier, «otras poblaciones cercanas ofrecen ventajas y presentan un elevado número de empresas de automoción, como Borja, Tarazona o Tauste, más al norte del núcleo de Figueruelas».

También son destacables otras partes de la Comunidad, «como Épila, Cuarte o Fuentes de Ebro», añade. Esta especialización en la industria del automóvil ha convertido al sector en «uno de los que más ha hecho por fijar población fuera de Zaragoza, con más de la mitad de los centros productivos fuera de la capital», incide Tesier.

La instalación de la planta de GM en los años 80 del siglo pasado logró, por un lado, que la industria ya establecida comenzara a fabricar componentes para la automoción y, por otro, que despegaran nuevas empresas a petición del fabricante para dotarla de aquellos suministros que precisaba.

Pero ese primer impulso se vio respaldado por el hecho de que Aragón se encuentra en el centro del sector de la automoción nacional: «En un radio de 300 kilómetros de Zaragoza se fabrican el 80% de los vehículos hechos en España», precisa el presidente del CAAR.

A ello se suman cuestiones muy relevantes para que el sector prospere: mano de obra cualificada -con grances centros de FP y Universidad-, disponibilidad de terreno y paz social. Todo eso «ha ayudado a seguir aumentando el número de empresas que han elegido Aragón y a que las que lo hicieron hace 20 o 30 años sigan apostando por nuestra región», explica Tesier.

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Ahora, en un momento apasionante en plena transición hacia el vehículo eléctrico, el sector establecido en la Comunidad, principalmente en el corredor del Ebro, se enfrenta al reto de ser capaz de mantener su preponderancia. En los últimos días se está perfilando la gran noticia de la instalación de la gigafactoría de baterías de Stellantis en Figueruelas.

Para Tesier, «ahora tenemos una nueva ventaja competitiva que debemos explotar para seguir siendo una de las regiones líderes europeas con las energías renovables». El presidente del Clúster recuerda que Volkswagen y TATA ya pensaron en Aragón. Asimismo, además de la fábrica de baterías de Stellantis, hay que contemplar la llegada de otras grandes empresas, para lo que «es clave una energía verde y barata, y Aragón la tiene», señala.

Para la transición a la electromovilidad, la DGA ha puesto más de 30 millones de euros en manos del sector, en proyectos de I+D+i durante el periodo 2019 – 2022. Estos fondos, además de las inversiones propias de las empresas, «están acelerando la introducción de nuevos productos alrededor del vehículo electrificado y la mejora de nuestros procesos productivos haciéndolos más digitales y sostenibles«, asegura el presidente del Clúster.