El alzhéimer es una enfermedad común y letal a nivel mundial. En España, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), aproximadamente una de cada tres personas mayores de 85 años la padece. Aunque no tiene cura, la detección temprana es crucial para un tratamiento efectivo. Ante esta importancia, la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha publicado un estudio en la revista «Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association,» aportando nuevas perspectivas y mejoras en el diagnóstico y tratamiento.

El foco de los científicos se ha centrado en la detección temprana de la enfermedad, ya que el diagnóstico suele ocurrir en etapas avanzadas. La detección tardía imposibilita revertir el daño neurológico y restaurar funciones cognitivas.

La investigación se basó en el Biobanco, que contiene registros genéticos, de salud y hábitos de vida de medio millón de voluntarios de entre 40 y 69 años. Los datos recopilados abarcaron pruebas de resolución de problemas, memoria, tiempo de reacción, cambios en el peso, caídas y fuerza de agarre. Así, los científicos analizaron si había indicios de la enfermedad en mediciones realizadas entre cinco y nueve años antes del diagnóstico.

Según Tim Rittman, científico de la Universidad de Cambridge, es importante no preocuparse por problemas ocasionales de memoria, pero sí consultar al médico si se observan dificultades en la vida cotidiana. De esta manera, se contribuye a un diagnóstico temprano y a un tratamiento más efectivo.