La policía sabía lo que les habían dicho los vecinos. Que en ese piso vivían un tío y su sobrino, que las discusiones eran habituales y que habían visto al sobrino, un hombre de 46 años y con antecedentes penales, arrastrar del pelo a su tío hasta el interior de la vivienda.

Este suceso tuvo lugar el pasado lunes muy cerca de la medianoche en el barrio zaragozano de Torrero. Ante la negativa del presunto agresor a abrir la puerta de su vivienda para comprobar el estado de salud de su tío se procedió a activar el protocolo y avisar los negociadores del Equipo de Negociación Territorial de la Policía Nacional.

Fue entonces cuando comenzó una conversación entre el negociador y el sobrino de la víctima, presunto autor de una brutal paliza que estaba solo en el interior de la vivienda con su víctima. El tiempo era oro, ya que no se conocía con exactitud el estado del tío.

«¡Solo quiero dormir, que me lo merezco. Para eso he estado 33 años cotizando, más que usted!», decía Juan, el sobrino y presunto agresor de su tío. El negociador, con una dilatada experiencia en este tipo de situaciones, buscaba mantener el mayor diálogo posible con Juan para conseguir información que le ayudarse a valorar mejor la situación a la que se estaban enfrentado.

Pero el presunto agresor no parecía querer continuar hablando. «¡Vamos a ver Juan, solo queremos ayudarte!», le decía el negociador policial. A lo que el hombre respondía: «¿Y por qué te tapas la cara?». El negociador mantenía el hilo de la conversación sabiendo que de sus palabras podía estar dependiendo la vida de una persona.

UNA DISTRACCIÓN PARA ENTRAR EN EL EDIFICIO

En el fragmento de vídeo con audio de la negociación que la Policía Nacional ha hecho público se puede escuchar también cómo el policía llama permanentemente al presunto agresor para que permanezca con él hablando desde el quicio de la ventana.

Una estrategia para conseguir que apartase la vista de la puerta de entrada a la vivienda, por la que iba a acceder un equipo de los GOES, Grupo Operativo Especial de Seguridad. Pero necesitaban crear una distracción para no ser vistos, que es exactamente lo que el negociador les proporcionó.

«¡Juan, Juan, escúchame, déjame hablar con tu abogada!», le interpelaba el negociador policial. Una ve que el equipo de los GOES accedió al edificio actuó rápido para entrar, inmovilizar al presunto agresor y sacar a la víctima, que estaba semi inconsciente en el suelo y con múltiples golpes que hacía peligrar su vida.

Una labor, la del negociador y la posterior de los GOES, que evitaron la muerte de una persona que se encontraba en peligro y la detención de un hombre que, a esta hora, ya está en prisión por orden del juez.