Eran las seis de la madrugada del día 7 de agosto de 2022 cuando tres amigos volvían a casa después de una noche de juerga. Acudieron a un bar de la calle Temple de Zaragoza para recoger a una amiga de uno de ellos que trabajaba un bar de la zona.

La acompañaron hasta su domicilio y acordaron dormir todos un rato allí para irse a comer juntos al día siguiente. Uno de ellos no llegó a subir y los otros dos acompañaron a la joven a su casa quien, al llegar, les preparó el sofá cama.

Posteriormente, el acusado y la víctima, mientras el otro chico dormía, permanecieron en el salón hablando y bebiendo algo. Ella decidió irse a la cama porque «estaba muy cansada». Un rato después el joven se levantó al baño y, según declaración de la víctima de presuntos abusos sexuales, entró en su habitación y le preguntó si podía dormir con ella, a lo que ésta accedió.

El otro amigo, al ver que había abandonado el sofá cama pensó que estaba con la amiga y «habrían hecho migas» y tras asomarse y preguntar si todo iba bien y escuchar una contestación afirmativa, se marchó al sentirse incómodo allí.

Según la declaración del acusado, la chica de apenas 20 años, se le insinuó. «Me desperté al sentir que ella estaba encima mía. Le toque el culo y ella me dije que parase, que sino me iría al sofá», explicó el joven en declaración ante el juez.

Luego, al ver que ella no se apartaba, según añadió en declaración, el volvió a tocarle y acabaron teniendo relaciones sexuales. «Tuvimos relaciones con penetración y no usamos preservativo; las relaciones fueron plenamente consentidas por ella«, insistió en la sala de vistas.

Después, contó, se fue al baño y volvió muy alterada y le dijo al acusado que se marchase. Por su parte, la víctima declaró que el chico comenzó a hacerle tocamientos, primero por encima de la ropa y posteriormente por debajo llegando a alcanzar sus partes íntimas.

«Le dije que parara, que no quería hacer nada de eso. El cesó en su actitud, pero al cabo de un rato volvió a tocarme nuevamente y me penetró vaginalmente en dos ocasiones». Aseguró la víctima ante el juez que estas relaciones nunca fueron consentidas.

al día siguiente y tras hablar con dos amigos, ella denunció la presunta agresión y fue al hospital a hacerse unas pruebas. Una de las doctoras que también declaró en sede judicial se entrevistó con la víctima quien le contó haber sido víctima de una agresión sexual. Le dijo que sospechaba que le habían echado algo en una bebida. «Estaba tan cansada que no era normal. No pude apenas resistirme», declaró la joven.

SIN RESTOS DE NINGUNA DROGA DE SUMISIÓN

La sanitaria tomó muestras para análisis de tóxicos que arrojaron un resultado negativo. La joven también le contó que tenía antecedentes médicos y que presentaba un estado de ansiedad compatible con la situación que estaba viviendo.

La doctora le dijo al juez que había sustancias que podían no ser detectadas en las pruebas, pero que éstas producen una somnolencia total, no parcial. No hubo hallazgos en el cuerpo de la víctima que permitieran sugerir algún tipo de violencia, salvo lo que parecía un mordisco en la mejilla izquierda, algo, según el tribunal, admite interpretaciones de distinto signo.

El juez valora también la declaración de la víctima. «Se trata de un hecho que sucedió en la intimidad de su dormitorio; que los dos implicados tan apenas se conocían, tenían un amigo común y allí se acababa su relación; no hay nada que apunte a la existencia de malas relaciones entre ellos o a que la víctima tenga algún interés en perjudicar al procesado», añade en su sentencia absolutoria.

Su señoría añade que la víctima explica que tuvo relaciones con él sin su consentimiento, pero también se refiere a unas comunicaciones a través de la aplicación WhatsApp en las que dice estar arrepentida.

ante las dudas existentes, el Tribunal ha acabado aplicando la máxima jurídica de la ‘In dubio pro reo‘, en caso de dudas hay que decantarse por una pena favorable al acusado, defendido por el abogado Javier Monforte, y por eso ha llegado a absolverse de los cargos de abusos sexuales.

«Hay elementos que llevan a considerar que no hay suficiente ratificación periférica de su versión, sino que en sentido contrario, se plantean dudas a este Tribunal sobre la falta de consentimiento», dictamina el juez en su sentencia.