La búsqueda del joven riojano, natural de Santo Domingo de la Calzada, no cesa. La policía y los bomberos de tres comunidades autónomas rastrean sin descanso el curso del río Ebro. Javier desapareció la noche del dos de marzo, justo cuando se había producido en el cauce del río una crecida de caudal considerable, y es en el cauce de este río donde se pierde su pista en torno a las cinco y media de la madrugada.

La Rioja es su cuna pero estaba muy vinculado a Aragón. Hacía cuatro años que había venido a Zaragoza para formarse como judoca de alto nivel en el Club Helios, dentro del grupo del maestro Sergio Domenech. «Un chico muy disciplinado y trabajador, que tenía la base para ser muy bueno», dice Sergio a HOY ARAGÓN.

Sergio habla en pasado y en esta conversación que mantenemos con él también nosotros lo hacemos, de manera inconsciente, pero la búsqueda sigue y las esperanzas, nos dice, no deben decaer. «No me creo que entrase en conflicto con alguien y fuese víctima de una agresión violenta. Evitaba los conflictos y era un chico conciliador siempre», resalta Sergio.

Dice esto porque ha leído en algunos medios de comunicación que Javi podría haber desaparecido tras ser víctima en una pelea o agresión. La otra teoría es la que tiene que ver con un cúmulo de desgracias relacionadas con algún tipo de accidente involuntario. «Si que era un chico influenciable, como muchos a su edad con solo 20 años. ¿Salir? También como muchos de su edad, lo normal», destaca Domenech.

Su entrenador desconoce si había sufrido alguna alteración emocional, alguna ruptura sentimental con alguna novia, algo que hiciese cambiar su estado de ánimo. «Lo notaríamos en los entrenamientos porque esas cosas se ven e influyen en los chicos y en su rendimiento», afirma Sergio.

Esta semana pasada, la búsqueda del joven se inició también en Zaragoza y su entorno. La Policía Nacional descartó la zona de la presa de Pina de Ebro y ahora los esfuerzos se concentran en el tramo del Ebro entre la capital aragonesa y Logroño, que fue donde se le perdió la pista.

«AL DÍA SIGUENTE SALIERON LAS DOS RAYITAS»

Si que se produjo un suceso llamativo horas después de su desaparición y que tienen mucho que ver con su teléfono móvil, el cual está ahora rastreando la policía. «Su hermana le mandó varios mensajes que no le llegaron en el momento, pero si al día siguiente por la tarde», dice su entrenador.

Domenech explica a este diario digital que su familia le dijo que habían salido «las dos rayitas típicas», señal de haber recibido el mensaje. Pero después, tras otros mensajes similares preguntándole sobre su paradero, ya no volvió a ocurrir. Han pasado ya dos semanas y la familia mantiene la prudencia y la esperanza. «Hablo con ellos de vez en cuando, pero sin agobiar. Todos queremos saber algo del paradero de Javi y guardamos esperanzas a pesar del paso del tiempo», sentencia Sergio.