Las amenazas fantasmas de este lunes en varios colegios de la capital aragonesa ha vuelto a traer a la memoria de muchos aragoneses otros casos en los que se puso en jaque a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

En junio de 2018, un hombre hizo una llamada a la sala del 091 de la Policía Nacional, dijo la siguiente frase a los agentes y colgó: «Hay una bomba en un portal de la calle Heroísmo». Automáticamente se activaba la conocida como ‘Circular50’. Actualizada en 2005, es el procedimiento que se activa cuando hay riesgo de que se cometa un atentado.

Ante la amenaza de colocación de un artefacto explosivo, Seguridad Ciudadana es la encargada de establecer dos cinturones de seguridad concéntricos en la zona. En el primer cinturón, instalado a 200 metros del foco del atentado, solo se permitirá la entrada a los funcionarios de las unidades TEDAX. Tras el segundo cinturón, a 250 metros, podrán situarse los medios de comunicación.

Además, la Policía Local debe establecer un tercer cinturón, de desvío de tráfico. Así, las calles aledañas al lugar donde existe la amenaza terrorista también serían cortadas e impedido el paso a través de ellas.

Es lo que sucedió en la calle Heroísmo y lo que sucede cuando existe una amenaza. «Nunca dejamos de mirar nada; cualquier notificación de alerta puede ser real», explican fuentes oficiales de la Policía Nacional.

Un agente de la sala 091 estuvo 13 minutos hablando con el chico que había dado el aviso en Heroísmo y finalmente fue identificado y detenido por un delito de alteración del orden público. En marzo 2019, de nuevo la misma persona, aunque eso se sabría después, llamada al 091 para avisar que había una bomba en la estación Zaragoza-Delicias, de ahí que los convoyes del AVE quedaran retenidos en sus andenes.

En principio, el aviso daba cuenta de que el explosivo se hallaba en un tren AVE de la línea Madrid-Barcelona, por lo que se optó por inspeccionar en la capital aragonesa tanto el que circulaba hacia la Ciudad Condal como el que iba a la capital de España.

Cerca de 300 personas en cada convoy, salían de los trenes al mismo tiempo que agentes del Cuerpo Nacional de Policía inspeccionaban los trenes con perros especialmente adiestrados en la detección de explosivos.

Otro de los avisos de bomba falsos que se recuerdan tuvo como objetivo el hospital Universitario Miguel Servet. En esta ocasión y también mediante llamada, se explicaba que la bomba estaba en el cuarto de calderas, algo que finalmente se descartó.

AMENAZA A DISTANCIA EN EL HOSPITAL DE CALATAYUD

En abril 2021, agentes de la Comisaría de Policía Nacional de Calatayud detenían a un menor de 14 años de edad como presunto responsable de un delito contra el orden público por llamar al servicio de Urgencias del Hospital Ernest Lluch de Calatayud alertando de un aviso de bomba que resultó ser falso.

Una llamada en torno a las once de la noche en el teléfono de la planta de Urgencias del citado centro hospitalario en la que se decía que había un «coche bomba fuera activado». En total se chequearon 62 vehículos que estaban estacionados en el parking de recinto y en ninguno de ellos encontraron artefactos explosivos.

La Policía Nacional recuerda que realizar llamadas de este tipo constituye un delito contra el orden público tipificado en el artículo 561 del Código Penal, llevando aparejada la pena de prisión de tres meses y un día a un año o multa de tres a dieciocho meses.