Había atracado ya varios establecimientos en Zaragoza, la mayoría farmacias en diferentes barrios de la ciudad. «Parecía que estaba controlando porque aprovechó cuando no había ningún cliente y fue cuestión de segundos», dice la compañera de una víctima de este atracador que no ha querido pronunciarse directamente pero que si ha autorizado a su compañera.

Siempre utilizaba un cuchillo de corte jamonero, de grandes dimensiones, pero en esta farmacia del barrio de San José utilizó una navaja más pequeña. «Le bastó para intimidar a mi compañera que se quedó de piedra», explica esta farmacéutica que insiste en que en 30 años de profesión nunca habían robado en las farmacias en las que ha trabajado.

No buscaba ningún medicamento ni nada que pudiesen vender en dicho establecimiento. «Tan solo quería el dinero, y ni se molestó en preguntar por nada más», repite. Parecía tener las cosas claras a la hora de buscar objetivos porque en esta farmacia es habitual tener clientela. Buscar un hueco en plena tarde sin clientes implica varios días de vigilancia, sospecha esta víctima.

Era uno de los robos que cometió en menos de diez días. Con una veintena de antecedentes, este atracador ya ha ingresado en prisión provisional por orden de un juez. Ahora sus víctimas respiran tranquilas. «No es el dinero que te roba sino el daño psicológico por el terror que sientes», explica la entrevistada parafraseando a su compañera, víctima directa del atraco.

«DAME EL DINERO Y NO LLAMES A LA POLICÍA»

El atracador, de 59 años, se acercó a la víctima y solo le dijo una frase: «Dame el dinero y no llames a la Policía». Es la única frase que su víctima escuchó, e inmediatamente después le dirigió a la caja registradora. «Tan solo se llevó 101 euros, un dinero que aunque hayamos dado parte al seguro, no creo que recuperemos», dicen en esta farmacia de San José.

Fue en otro de sus atracos y tras la rápida llamada de la víctima cuando la policía lo interceptó entre dos coches, escondido, con 90 euros en el bolsillo y una navaja. La descripción de esta víctima fue vital. Ahora en la farmacia de la zaragozana que entrevistamos se recuperan del impacto. «Mi compañera ha vuelto a trabajar, pero todavía con un susto en el cuerpo que le afecta en determinados momentos», dice a este periódico digital.