En la actualidad, la Dirección General de Tráfico (DGT) ostenta una red de más de 2.000 radares distribuidos por toda España, de los cuales casi 800 son cinemómetros fijos, más de 1.300 son móviles y cerca de 100 corresponden a dispositivos de tramo. A esta cifra se suman los de titularidad municipal y los instalados en País Vasco, Navarra y Cataluña, lo que podría llevar la cantidad total de radares operativos en el país a cerca de 5.000.

Una cuestión que intriga a muchos conductores es si los radares funcionan durante la noche y a qué velocidad pueden captar infracciones. Contrario al mito popular, la DGT desmiente la idea de que los radares de velocidad no operan por la noche, ya que pueden multar las 24 horas del día gracias a su tecnología de infrarrojos, eliminando la necesidad de luz solar para su funcionamiento.

Es importante señalar que durante la noche, los medios aéreos, como el helicóptero Pegasus y los drones que lo sustituirán, no pueden operar. Asimismo, los radares móviles en coches camuflados de la Guardia Civil disminuyen su presencia en las carreteras durante el período nocturno.

En cuanto a la señalización, los cinemómetros fijos siempre deben contar con una señal que advierta de su presencia, pero para los dispositivos móviles, la DGT aclara que pueden ubicarse en cualquier punto de la red viaria española sin necesidad de señalización previa, respaldado por un Real Decreto.

Surge la duda sobre la legalidad de un radar móvil sin señalizar. Según la DGT, estos dispositivos deben ser operados exclusivamente por agentes de tráfico autorizados, y cualquier uso no autorizado puede ser motivo de reclamación de la sanción impuesta.

El panorama de los radares en España es complejo, con diversas modalidades y tecnologías que desmienten antiguos mitos. La transparencia en su funcionamiento y las normativas vigentes son esenciales para comprender cómo estos dispositivos influyen en el control de la velocidad y la seguridad vial en el país.