La escasez de vivienda de alquiler ha generado un círculo vicioso que provoca que cada vez esta opción sea más inaccesible y surjan alternativas para aquella parte de la población que no se plantea adquirir un inmueble. La más evidente, es la del piso compartido, una opción que antaño se restringía a colectivos muy específicos, especialmente los estudiantes, pero que hoy es una posibilidad real para muchos ciudadanos.

Los datos así lo demuestran: en Zaragoza capital se ofertaban de media 98 pisos compartidos en 2018, según un estudio de Fotocasa. En 2024, son 413, es decir, se ha multiplicado por cuatro. Pero, ¿cómo es posible que la oferta de viviendas compartidas se dispare mientras que el alquiler de inmuebles completos escasee cada vez más?

La razón principal está en la legislación. La ley de vivienda, por la que se regula el alquiler convencional, es una norma rígida que provoca que muchos propietarios rehusen poner un inmueble en el mercado, con la renuncia de beneficios recurrentes que supone, con el fin de no estar atados a inquilinos que, en algunos casos, pueden dar problemas.

Sin embargo, el alquiler de habitaciones se encuentra en un limbo que evita la ley de vivienda, lo que permite ser mucho más flexible al propietario, esquivando la normativa respecto a los precios. Del mismo modo, el periodo en la que una persona alquila una habitación es muy inferior al inquilino del alquiler convenional, por lo que en caso de problemas, estos tienen una fecha de caducidad más próxima.

EL CHOLLO SE PUEDE ACABAR

En cualquier caso, el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana está estudiando la manera de regular este mercado. Por ello, la situación podría tener los días contados y que en próximos meses alquilar por habitaciones ya no salga tan a cuenta.

Esta situación legal que se vive en la actualidad se traduce en cada vez más pisos que se alquilan por habitaciones, como se ha visto, y cada vez menos pisos que se alquilan completos. Ante la escasez de estos últimos, sube el precio, por lo que muchos ciudadanos optan por la primera opción, lo que retroalimenta el círculo.

Esto es una realidad tanto en Zaragoza como en el conjunto de España. De hecho, en zonas más turísticas la situación es mucho peor. Tanto es así que, de acuerdo con Fotocasa, a día de hoy en el país se ofertan más pisos compartidos que casas completas, una situación nunca antes vista.

En Zaragoza, mientras los alquileres convencionales están por las nubes, alquilar una habitación en un piso compartido se sitúa en una media de 364 euros mensuales. Se trata de un precio asequible si se compara con otras ciudades. En Barcelona, por ejemplo, la media está en 603 euros, mientras que en Madrid se alcanzan los 541.