Los fabricantes de automóviles chinos aseguran que mantendrán sus planes de inversión en Europa a pesar de que la Unión Europea (UE) apruebe -como se espera- durante los próximos días aranceles sobre las importaciones de vehículos eléctricos procedentes del gigante asiático, como resultado de la investigación sobre los subsidios públicos de los que se estarían beneficiando las empresas asiáticas.

«Las empresas chinas seguirán integrándose en los mercados locales europeos«, ha comentado el secretario general de la Asociación China de Vehículos de Pasajeros (CPCA, por sus sigas en inglés), Cui Dongshu.

Bruselas alega que los fabricantes de automóviles chinos se benefician de una forma injusta de los subsidios estatales para el desarrollo del negocio y los acusa de exponer al mercado comunitario al «exceso de oferta» procedente de su país. Acusaciones que Pekín niega en rotundo alegando que son «totalmente infundadas».

A LA ESPERA DE BRUSELAS

La decisión de la Comisión Europea sobre la aplicación o no de estas trabas comerciales a los vehículos procedentes del gigante asiático es inminente, se espera, de hecho, que se haga pública a lo largo de los próximos días tras la celebración de las elecciones europeas el pasado fin de semana.

En consecuencia, el número de vehículos eléctricos chinos importados a la UE se reduciría en una cuarta parte -unos 125.000 coches- si Bruselas impusiera un arancel del 20%, de acuerdo con los datos ofrecidos en el último análisis sobre la economía mundial del Instituto Kiel.

En estos momentos, marcas como Porsche o Mercedes-Benz admiten estar preocupadas por la escalada comercial entre Bruselas y Pekín que podría terminar costándole a las empresas chinas cerca de 4.000 millones de euros en relaciones comerciales con los países del viejo continente.

De momento, China no ha anunciado oficialmente ninguna represalia, aunque Pekín ha señalado que está dispuesta a imponer aranceles de hasta el 25% a los automóviles importados con motores de gran cilindrada.

DESACELERACIÓN DEL NEGOCIO

La realidad es que la industria del automóvil china se enfrenta ahora a una desaceleración del mercado nacional y una caída de las exportaciones de vehículos al exterior como consecuencia de los enfrentamientos comerciales abiertos con las diferentes naciones occidentales.

Las exportaciones chinas de vehículos eléctricos -puros e híbridos enchufables- cayeron en mayo un 4% con respecto a datos del año anterior y más de 18 puntos porcentuales en comparación con los registros del mes de abril. Las exportaciones de esta tipología de coches sobre el total se situaron por debajo del 25%, según los datos de la CPCA.

Las ventas nacionales de vehículos cayeron un 2,2% tras una caída del 5,8% en abril. «El crecimiento de las exportaciones no cumplió con nuestras expectativas», ha asegurado el representante de la asociación.