Iniciar un curso escolar es siempre una aventura. Lo es para cualquier niño o niña, pero más todavía cuando se trata de personas dentro del espectro del autismo. En los últimos años, son muchos los centros que se han sumado al reto de convertirse en centros preferentes para alumnado con TEA (Trastorno del Espectro del Autismo). Escuelas Pías, en Zaragoza, es uno de ellos.

El objetivo es poner el foco en el sistema educativo actual, tratando de convertir los centros educativos en entornos positivos, accesibles e inclusivos para las personas con diversidad funcional.

Respeto, comprensión, empatía y flexibilidad son algunas de las palabras clave que guiarán a los profesionales que acompañan a los alumnos y alumnas con TEA y también a los compañeros y compañeras con los que compartirán su día a día en las aulas. Y es que lograr la inclusión de estos alumnos es una tarea compartida entre los centros, los alumnos, los servicios externos y sus familias.

Esta iniciativa se ha puesto en marcha en centros como Escuelas Pías que afronta este curso como el noveno siendo centro preferente para alumnado con TEA. Cuenta ya con dos unidades, el Aula Arcoíris, destinada a los alumnos y alumnas de la etapa de Educación Infantil, y el Aula Cohete, para los alumnos y alumnas de Primaria.

Convertirse en centro preferente ha supuesto un cambio de perspectiva y un gran enriquecimiento para toda la comunidad educativa, que actualmente acompaña a dieciséis alumnos y alumnas en su proceso de enseñanza-aprendizaje, promoviendo su desarrollo y garantizando su participación en todos los ámbitos.

El día a día de estos alumnos y alumnas transcurre en dos espacios principales: las aulas ordinarias, donde trabajan los aspectos curriculares y el aula específica, donde los maestros especialistas les ayudan a afrontar aquellos aspectos en los que encuentran dificultades derivadas de su condición como personas en el espectro del autismo.

Para lograr que superen las barreras a las que se enfrentan, es necesario garantizar la accesibilidad del entorno y de los diferentes aprendizajes, adaptándolos a cada caso concreto y respetando sus características individuales. Es por ello que estos alumnos y alumnas desarrollan talleres específicos para trabajar aspectos fundamentales para ellos como, por ejemplo, la comunicación (oral o mediante Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación) o las habilidades sociales.

El derecho a la educación constituye uno de los derechos fundamentales de los niños y niñas y los centros preferentes suponen un paso adelante en el camino para conseguir que el sistema educativo se convierta en un lugar seguro en el que las personas con diversidad funcional puedan desarrollarse de una forma integral y respetuosa con su manera de aprender, vivir, ser y sentir.