«El Manuscrito encontrado en Zaragoza» es una obra sorprendente, que por distintas razones, ha quedado fuera de las historias de la literatura mundial. Pero es una auténtica joya que ha hecho famosa a la capital aragonesa en Polonia; un país donde muchos comparan esta obra con el Don Quijote español.

«El Manuscrito encontrado en Zaragoza», o el Manuscrit trouvé à Saragosse según el título original, fue escrito en francés a lo largo de varias décadas entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX por el aristócrata polaco Jan Potocki, y llevado al cine por el director polaco Wojciech J. Has en 1965, con una película que entusiasmó a Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o al aragonés Luis Buñuel. Este último, llegó a decir «Me fascina El manuscrito encontrado en Zaragoza, ambas, la novela de Potocki y la película de Has. Vi la película tres veces, lo que, en mi caso, es absolutamente excepcional.”

Desde que fue escrita, esta obra es una de las obras cumbres de la literatura gótica, una corriente surgida en la Inglaterra de finales del siglo XVIII que puso las bases del Romanticismo y que creó historias que incluían elementos mágicos, fantasmales y de terror. Y en Polonia, esta obra es una obra maestra que puso a Zaragoza en el mapa,

Este libro es una de las obras cumbre de la literatura gótica / Editorial Acantilado

Pero… ¿Por qué eligió Zaragoza para desarrollar esta novela? La elección de la capital aragonesa tenía un valor simbólico muy importante para la época, gracias a la heroica resistencia de la ciudad ante las tropas francesas que la sitiaron en 1808 y 1809. La feroz resistencia de la ciudad ante los soldados napoleónicos tuvo una gran repercusión en toda Europa, y especialmente, en el este del continente, invadido también por los franceses. Hasta León Tolstoi mencionó a Zaragoza en su novela, Guerra y Paz. Y se dice que los polacos resistían al avance nazi en el gueto de Varsovia durante la II Guerra Mundial al grito de ¡¡Recordad Zaragoza!!».

El Manuscrito encontrado en Zaragoza es una obra que atrapa; tiene una estructura narrativa muy compleja, solo al alcance de un puñado de grandes escritores, con múltiples niveles narrativos y distintos narradores que narran historias entrelazadas. En la obra, (de la que hay varias versiones) se ve claramente la influencia de título como el Decamerón de Bocaccio, o del Quijote de Cervantes.

De estructura laberíntica, la obra transcribe el manuscrito hallado por un oficial de las tropas napoleónicas en Zaragoza durante el Sitio de 1809, y cuenta las aventuras y viajes del noble caballero Alfonso Van Worden, episodios vividos o referidos sobre «bandidos, almas en pena y adictos a la Cábala», en una visión pintoresca, fantástica y prerromántica de la España profunda del siglo XVIII, llena de historias de leyendas moriscas, ventas encantadas, cabalistas, aparecidos, todo envuelto en un aire picaresco que muestra que el autor conoce bien la literatura española, y obras como El Quijote. traspasada de un aire picaresco deudor de la tradición española.